La Ruta del Adobe es un recorrido turístico por un circuito de 50 km en la RN 60 (ex Ruta Provincial RP 45) desde el enlace con la Ruta 40 al sur hasta el enlace la Ruta de los Seismiles y Fiambalá en el norte.

En este itinerario podemos hacer varias paradas en lugares patrimonio cultural e historico del Valle de Abaucán, con ruinas precolombinas, capillas coloniales de adobe, bodegas y pueblos andinos.

 

 

Ruta del Adobe

El adobe es un material que fue muy utilizado en las construcciones antaño, por su propiedad como aislante térmico tanto para altas como para bajas temperaturas, ya sea en verano como en invierno. Nosotros lo vivimos en verano con un sol de justicia y era entrar a una de estas edificaciones y notar el descenso de los grados de manera radical.

Ya os hemos comentado que hay 7 paradas en la ruta cuyo elemento común es el adobe. Os las esquematizamos siguiendo la orientación de sur a norte todas estas paradas que ver en la Ruta del Adobe:

  1. La Casa Grande
  2. El Centro Cultural Municipal de Tinogasta
  3. Oratorio de Los Orquera
  4. Iglesia de Andacollo
  5. La Iglesia vieja de Anillaco
  6. Ruinas de Watungasta
  7. Templo de San Pedro y Plaza de Armas

 

 

La Casa Grande en Tinogasta

Casagrande Tinogasta

Una de las paradas más recomendables de la ruta del Adobe es esta Casa Grande que la podéis encontrar a 2 cuadras, o manzanas, al oeste de la actual plaza principal.

Dentro de la ruta del Adobe es una de sus paradas porque el edificio original de 1897 fue el cuartel del Batallón Cazadores de los Andes, afincados en la zona para vigilar la zona montañosa cercana a la ciudad por la que pasaban varias rutas comerciales fronterizas entre Chile y Argentina. El problema es que se preveía un conflicto entre ambos países y ese era el motivo de la presencia militar.

Tras un laudo arbitral del rey de Inglaterra Eduardo VII estableciendo claramente la jurisdicción de ambas naciones, el Batallón se retiró de Tinogasta en 1899. El edificio pasa por varias vicisitudes históricas hasta su restauración a finales del siglo XX y reconversión definitiva en hotel en 2001.

Os dejamos un post específico del Hotel Casagrande en Tinogasta

 

 

El Centro Cultural Municipal de Tinogasta

Tinogasta
Clica para ver las letras de Tinogasta en 360º.

Esta construcción se ubica sobre Calle Constitución, dos cuadras y media al norte de la Casa Grande. En su origen perteneció al mismo predio militar del Batallón Cazadores de los Andes. En 1898, se construyo en esta parcela un edificio para Sanidad Militar, que en su origen comprendía dos habitaciones para enfermos y anexos. En 1904, estas precarias instalaciones, ya desactivas en su funcionamiento militar, fueron traspasadas a la Sociedad de Beneficencia, bajo la consigna de que se organice en el sitio un Hospital. Dicho Hospital publico de Tinogasta, se fundo oficialmente en 1913, época en que presidía la Sociedad, el cura párroco Reginaldo Goblet, de origen francés y gran impulsor de la obra.

La inauguración contó con la presencia de don Clero Ahumada, gobernador de la provincia. El ministerio de Relaciones Exteriores y Culto proveyó los fondos requeridos para las refacciones edilicias que debían encararse. El primer medico nombrado para atender el Hospital fue el doctor Baltazar Díaz. Los primeros instrumentos de cirugía fueron adquiridos para el quirófano en 1915, pero problemas financieros y humanos, llevaron al cierre del Hospital en 1918. Recién en 1926 fue reabierto, esta vez bajo la conducción medica del doctor Alberto Ruchelli, pionero de los estudios relativos al así llamado Mal de Chagas (en colaboración estrecha con el Dr. Salvador Mazza) y la Brucelosis y el mas destacado científico que dio el departamento Tinogasta.

En 1928, el edificio adquirió su apariencia actual, al cabo de importantes trabajos de refacción y ampliación. Con el correr del tiempo el Hospital fue incorporando mayor complejidad y acrecentando el número de sus empleados, siempre al servicio de la Salud publica del departamento. Hasta 1982, año en que se inauguro el actual Hospital de Tinogasta.

Actualmente, allí funciona el Centro Cultural Municipal, con su Biblioteca Popular, Museo Arqueológico, Salón de Actos y espacios destinados a talleres y cursos de educación no formal para niños, jóvenes y adultos. Permanece así, esta añeja construcción manteniendo la impronta comunitaria que la distinguió desde su nacimiento. Y del viejo Hospital, solo queda una borrosa identificación en la fachada y la reiterada presencia de los fantasmas que de tanto en tanto, acechan por las salas, alimentando la imaginación popular de los tinogasteños.

 

Oratorio de Los Orquera, joya de la Ruta del Adobe

Oratorio de los Orquera
Clica para ver el exterior del Oratorio de los Orquera en 360º.

Sin lugar a dudas constituye una de las joyas de La Ruta del Adobe. Lo encontramos en el pueblo de El Puesto, a 16 km al norte de Tinogasta. El origen de este pequeño Oratorio, de incalculable valor histórico, se remonta a 1740, mediados del siglo XVIII, cuando doña Martina y doña Manuela Asiaris desde el Alto Perú, Chuquisaca mas precisamente, emprendieron un largo y penoso viaje que las conduciría finalmente hasta Tinogasta. Pasaron por Calama y San Pedro de Atacama, en Chile, y luego por los valles Calchaquíes hacia Catamarca.

Entre sus pertenencias traían una imagen de la Virgen del Rosario, un Cristo crucificado, un San Antonio de reducidas proporciones y un cuadro al óleo de la Santísima Virgen amamantando al Niño. Concluido el viaje, ambas hermanas ya integradas a la sociedad colonial de aquel tiempo, procedieron a construir este Oratorio de adobe. Su uso era por un lado familiar, pues responde a una tipología común en la zona donde existen oratorios domésticos próximos a las residencias. Pero también publico, dado que el templo principal del lugar se ubicaba a cierta distancia, en La Falda de El Puesto, y el Oratorio era requerido entonces para diversas celebraciones comunitarias, que incluían bautizos y casamientos, y fiestas o celebraciones patronales.

El actual nombre de Oratorio de los Orquera se refiere al gentilicio de la actual familia que custodia el monumento. Por cierto, la pequeña capilla está cerrada y hay que pedir que os abran al hombre que regenta la tienda que se encuentra al lado de la capilla. También os abrirá un pequeño museo con artilugios antiguos de los antepasados de esta familia. Ver el interior en 360.

 

 

Iglesia de Andacollo

Iglesia de nuestra señora del Andacollo
Clica para ver el exterior de la Iglesia de nuestra señora del Andacollo en 360º.

De estas edificaciones hechas en adobe que estamos visitando, la iglesia de Andacollo es una de las mejores conservadas por su reciente restauración no hace muchos años. La encontramos en completa soledad con un sol de justicia, por lo que agradecemos el pasar al interior de esta iglesia del siglo XIX de estilo neoclásico.

En la actualidad se levanta solitaria en el lugar aunque antaño pertenecía al antiguo pueblo de La Falda, hoy ya desaparecido. El Puesto se caracteriza por su devoción a la Virgen de Andacollo, patrona de los mineros del cobre, en la región norte de Chile, desde donde proviene este culto. La fiesta se realiza el 26 de diciembre de cada año y convoca a numerosos y entusiastas romeros.  Quienes no pierden la oportunidad de visitar también el anterior Oratorio de los Orquera. Ver el interior en 360.

 

La Iglesia vieja de Anillaco

Iglesia vieja de Anillaco
Clica para ver el exterior de la Iglesia Vieja de Anillaco en 360º.

Se ubica en el Anillaco catamarqueño, población estrechamente vinculada al inicio mismo del proceso colonizador en la región. Por allí transitó Diego de Almagro en 1536, el primer español en recorrer el Noroeste y descubridor de Chile a través de uno de los pasos tras – cordilleranos. Allí encontraron fiera resistencia los conquistadores al producirse las guerras Calchaquies. Allí, finalmente, una vez pacificado el territorio, en 1687, recibió una vasta merced de mas de 100 leguas cuadradas el riojano Juan Gregorio Bazan de Pedraza. La recibió a nombre de los muchos méritos de los linajudos antecesores familiares que habían compartido las penurias y sacrificios de andar fundando ciudades y fuertes por el desmesurado espacio de esta parte de América.

Juan Gregorio estableció su estancia en Anillaco, posiblemente por situarse en la confluencia de dos ríos y en un cruce de rutas importante, y mando prontamente erigir casa y capilla. Sus tierras comprendían desde Tinogasta hasta el fondo del Bolsón, en Antinaco. Y desde una a otra serranía, de naciente a poniente. Se dedico al engorde animales, proveyéndoles sustento con cultivos extensivos de alfalfa. Estos animales, sobre todo la mula, ya tenían un mercado asegurado, a partir del extraordinario desarrollo minero de Potosí, la ciudad que desde el Alto Perú traccionaba toda la
economía del Tucumán colonial.

En 1712, terminó de construir su capilla domestica, de considerables dimensiones para la época. En ella reunía en las ocasiones solemnes, cuando acertaba a llegar un cura doctrinero, por ejemplo, a su familia, a sus allegados, obreros e indios. Asistían a la ceremonia prevista según el orden y concierto de las rigurosas formas sociales que caracterizaban a la sociedad de aquellos tiempos. Los patrones y principales adelante; mas atrás, el resto, sin mezclar color de piel, casta o condición económica. Mas aun en tanto que Juan Gregorio Bazan de Pedraza había ostentado el cargo de Alguacil Mayor de la Inquisición en La Rioja y Catamarca, "cargo que no solo calificaba la cristiandad y limpieza de linaje, sino que traía prerrogativas muy estimadas". Ver el interior en 360.

Iglesia vieja de Anillaco - ruta adobe
Clica para ver este lugar en 360º.

Así, en ese mismo año de 1712, nuestro personaje fue nombrado Gobernador y Capitán General de la Provincia del Paraguay. Para recibirse como tal debió iniciar el extenso viaje hasta Asunción, del que jamás regreso, ya que murió en esa ciudad en 1717. Antes de partir había tenido la previsión, común en aquella época de viajes inciertos, de redactar testamento por el cual instauraba para su feudo un doble mayorazgo, dividiéndolo en un sector norte, hacia Fiambalá, y otro sur, con sede en Anillaco. En el transcurso de todo el siglo XVIII, toda esta enorme propiedad comenzaría a subdividirse. Diversos propietarios se hicieron cargo de la estancia primigenia de Bazan de Pedraza: en 1736, la compro el cura de San Blas de los Sauces, luego una familia de apellido Aramburu, y luego otra, los Navarro, que mantuvieron el sitio en su condición de unidad residencial y productiva hasta entrado el siglo XX. Un geólogo alemán que conoció la estancia en 1913, afirma que contaba con 312 has cultivadas con alfalfa, trigo, vid y maíz. Los lugareños actuales recuerdan aun el esplendor de la casa principal con su inmensa galería rodeando un patio con aljibe, que la separaba de los galpones, depósitos y talleres.

La vieja capilla domestica se convirtió en el templo de Anillaco. Y, andando los años, llego a destacarse en su carácter de templo más antiguo de la provincia de Catamarca, dado que los otros anteriores a este, cayeron implacables bajo la obra destructiva de los hombres y el tiempo. Cuando por fin, los Navarro abandonaron Anillaco para domiciliarse en alguna ciudad, el deterioro fue ganando a nuestro templo, que, poco a poco, en medio de la desolación del paraje, fue convirtiéndose en una ruina.

Hasta que por fin, la provincia, atendiendo a su extraordinario valor cultural, y por gestión de algunos vecinos de Tinogasta, lo declaro Monumento Histórico Provincial, según decreto nº 2.009 de 1993.

Sin embargo nada concreto se hizo en los años subsiguientes. Hasta que hace pocos años, para colmo de males, un rayo abatió a un enorme algarrobo que impacto contra el dintel de la puerta principal desmoronando toda la fachada. Los restos dispersos del portal, deambularon por diversos sitios de Tinogasta, como silenciosos testigos de la incuria oficial y privada.

En el año 2001, con el proyecto de La Ruta del Adobe, llegaron los recursos materiales y humanos que posibilitaron la recuperación del Monumento. El minucioso trabajo de restauración estuvo a cargo del Arq. Rafael Toledo, de Catamarca. El acto de re inauguración fue por demás concurrido y emotivo. El viejo templo de Anillaco, lució engalanado para la ocasión, y listo para proseguir su ya casi tres veces centenaria existencia.

 

Ruinas de Watungasta

Ruinas de Watungasta

Este poblado indígena se ubica a 5 km al noroeste de Anillaco, en la boca de la quebrada de La Troya, tradicional camino hacia los pasos cordilleranos. Watungasta fue descripta por primera vez por Gunardo Lange (1889) y Samuel Lafone Quevedo(1890). Luego, la visita otro precursor, Adán Quiroga, en 1897.

En el transcurso del siglo XX sus instalaciones fueron estudiadas por varios arqueólogos argentinos. De los estudios se desprende que Watungasta desempeñó un papel preponderante durante centurias de instalación humana en el corazón del Valle de Abaucan. Debió servir de plataforma de desplazamiento tanto en sentido norte sur como este – oeste, de un lado a otro de la cordillera, vinculando regiones de rica minería y propiciando intercambios entre zonas bien diferenciadas en cuanto a la producción de recursos naturales renovables (tales como costa, montaña, puna, selva). Además, la numerosa cerámica encontrada en el sitio y sus alrededores, que actualmente cubre a nivel de superficie, varios km2, indicaría que Watungasta "actuó como centro emisor de bienes materiales a otras áreas y pisos altitudinales de la macro región…" (Norma Ratto). Sempe de Gómez Llanes, por su lado, apunta que "el asentamiento de Batungasta, como tal, debió tener comienzo mucho antes de la llegada del Inca (circa, 1470), ya que la cerámica que se encuentra corresponde a todas las épocas desde los comienzos de las culturas agro alfareras en el valle". Se estima que la ocupación humana se inicio al menos un milenio antes de la implantación del dominio Inca.

Ruinas de Watungasta

Los Incas, a su vez, convirtieron a Watungasta (voz que etimológicamente significa "pueblo de los grandes hechiceros", según Lafone Quevedo), en un enclave administrativo con rango de capital provincial. Los incas, en efecto, no construyeron ciudades, sino que se apropiaron y transformaron las que encontraron. Según Raffino, Watungasta es uno de los 10 sitios sobresalientes en el NOA, entre las 138 instalaciones registradas de origen inca. Una de sus características sobresalientes, por ejemplo, seria la de contar con dos plazas, a imagen y semejanza del Cuzco. La etapa hispánica en el valle, significaría el fin del predominio de las culturas autóctonas y el comienzo de su paulatino empobrecimiento, despoblamiento y deterioro. Hacia 1680, las crónicas registran que la principal actividad de los naturales de la zona de Watungasta, era la de robar llamas. Su particular arquitectura de adobe, especialmente frágil a las inclemencias del tiempo, y la mano impiadosa del hombre colaboraron para la casi total destrucción del sitio.

Su reconocimiento como Monumento Histórico Nacional, en 1997, quizá evite la desaparición de estas instalaciones.

 

Templo de San Pedro y Plaza de Armas

Templo de San Pedro fiambala
Clica para ver Templo de San Pedro Fiambala en 360º.

Y llegamos al final de la Ruta del Adobe con este templo de San Pedro y la plaza de Armas, a la entrada de la población de Fiambalá. La ya mencionada merced de Juan Gregorio Bazan de Pedraza, que como vimos se dividió en dos mayorazgos, dio origen en su sector norte a diversas poblaciones, en particular, por su importancia, Fiambalá, a partir de los primeros españoles avecindados. Uno de ellos, Diego Carrizo de Frites, casado con una sobrina carnal de Bazan de Pedraza, pudo adquirir las tierras de Fiambalá por compra o como herencia. Trabajo duramente en la agricultura y la ganadería.

Un hijo de Diego, Domingo Carrizo, dedicado a mediados del siglo XVIII a un activo comercio que incluía en su compleja red sectores del Alto Perú, fue el que edificó en 1770 el templo en honor a San Pedro, a partir de una imagen de origen cuzqueño hecha en madera tallada y algunos óleos.

El templo fue edificado, en el costado sur del complejo denominado Plaza de Armas, que data de 1745, y cuya función debió estar relacionada en su origen con el gobierno y administración de aquella apartada zona y luego, como sitio de concentración de los peregrinos que año tras años se arrimaban a venerar a San Pedro. Ver el interior en 360.

Peregrinos que, dato curioso, disponían en el sector conocido como El Cuadro de la Plaza de Armas de una serie de habitaciones destinadas cada una a un grupo familiar en particular, a fin de asegurar comodidad a las familias principales en el prolongado transcurso de las antiguas fiestas patronales. Habitaciones que se encontraban incluso escrituradas a nombre de sus propietarios, como en una especie de piadoso condominio, y eran transmisibles por herencia.

Plaza de Armas comandancia
Clica para ver la Plaza de Armas comandancia Fiambala en 360º.

El casco urbano de la actual población de Fiambalá se encuentra desplazado unos tres kilómetros al norte de Plaza San Pedro, en parte por un proceso de desertización muy notorio en el lugar, debido a fuertes vientos cotidianos y a la acción depredadora de la mano del hombre.

Domingo Carrizo, el constructor de este templo de indudable influencia boliviana, deja una extensa descendencia que casi llega hasta nuestros días en la persona de Elina Díaz de Navarro, quien hasta el momento de fallecer ostentaba los títulos del solar en donde se ubica el complejo. El templo de la sede del antiguo mayorazgo de Fiambalá perdura así, como verdadero relicto del pasado hasta encontrar su reconocimiento oficial en año 1941, en que fue declarado Monumento Histórico Nacional, decreto firmado por el Vicepresidente en ejercicio del Poder Ejecutivo, el catamarqueño Ramón Castillo. La incorporación de todo el complejo dentro de la Ruta del Adobe, y la inauguración el pasado 29 de junio de la restauración de la Plaza de Armas y de un Museo histórico en sus dependencias no hace sino reafirmar el valor de estas construcciones.

 

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Mapa de la Ruta del Adobe

Os dejamos reseñadas las 7 paradas de la Ruta del Adobe en el norte de Argentina

 

 

Más consejos para la Ruta del Adobe

Espero que hayáis aprendido algo con este post con consejos para visitar la Ruta del Adobe. Os dejamos los últimos tips para Argentina en el menú de aquí debajo.

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Héctor Navarro


Licenciado en Geografía e Historia. Experto profesional en Cultura, Civilización y Religión Islámica, Experto Universitario en los Conflictos de Oriente Próximo. Autor de Mi Baúl de Blogs. Más de 100 países UN visitados.

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