La Torre Eiffel es el monumento más alto y emblemático de París, el símbolo de la nueva ingeniería y arquitectura de finales del siglo XIX que iba a transformar el panorama de las ciudades del mundo en el siguiente.
No hay que conformarse con verla desde lejos ni quedarse estupefacto al contemplarla desde su base. Es imprescindible subir a lo más alto de este rincón de oro.
Para ello nos dirigiremos a su base (no os perdáis el busto de su constructor Eiffel en uno de los lados) y sacaremos los tickets de acceso. Como bien sabéis este es uno de los monumentos más visitados del mundo, así que para no sufrir las colas hay que ir preferiblemente fuera de temporada alta, en días laborales y tempranico por la mañana.
Nosotros como somos muy bravos, decidimos subirla a pie que, a parte de ser más barato, es como vives toda la inmensidad de este amasijo de hierros. A pie sólo se sube hasta el segundo nivel (115m), luego se toman obligatoriamente los últimos ascensores.
Y afrontaremos sus 324 metros (los últimos 24 son de las antenas) con alegría.
Subiendo a la torre Eiffel en agosto de 2007
Cuando se construyó, en 1889, tenía 300 metros, equivalente al número simbólico de 1.000 pies, a los que se añadieron 12 metros más de la antena que se instaló después. Y con esta altura fue el monumento más alto hasta 1934.
El primer nivel se encuentra a 57 metros de altura y 345 escalones más arriba de la base. Un cinémax que muestra la construcción de la torre, damos una vuelta para descansar y
nos lanzamos hacia
el segundo nivel a 115 metros, otros 359 escalones (parece que sean estos más grandes? ya hace mella el cansancio).
una paradita para comer |
Desde aquí tomamos el ascensor hasta el tercer nivel, a 276 metros.
Allí te esperan unas vistas extraordinarias de París. Un nivel es cerrado y acristalado
y el superior es al aire libre, para sentir libremente la altura,
eso sí, todo enrejado para que a nadie se le ocurra saltarse la cola del ascensor que baja hasta la base de la manera más rápida.
parque de los Campos de Marte
Como esta anécdota hay otras muchas curiosidades de la Torre.
Queda claro que no todo lo innovador gusta a todo el mundo.
Eiffel hizo otras obras como el diseño de la estructura interna de la Estatua de la Libertad de Nueva York. Adquirió experiencia en la construcción diseñando puentes de hierro, como el puente de Garabit o el de Girona, entre otros.
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Yo la primera vez también subí andando y me encantó, quizás sea cierto el dicho de que con más sacrificio más beneficio…
Un saludo !!!