Hajj Amin al Husseini y los orígenes del conflicto palestino

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Hajj Amin al Husseini y tropas alemanas musulmanes

Autor: Héctor Navarro

Universidad: UNED     Especialista Universitario en el Perfil Histórico de los Contenciosos en Oriente Próximo.

 

Hajj Amin al Husseini y los orígenes del conflicto palestino. Esta entrada poco tiene que ver con el blog de viajes pero la he querido introducir por varios motivos.

El primero, y relacionado con el tema viajero, es ampliar los conocimientos históricos de la región que pretendéis visitar, en este caso Israel o Palestina, ambos con una historia complicada y desconocida pese a estar diariamente en los titulares de la prensa. Y hablo de dos países porque bajo mi humilde punto de vista eso es lo que debería ser, y ambos con derecho a existir pacíficamente.

El segundo motivo es porque la gente que sabe algo de la historia de estos países normalmente desconoce casi por completo los orígenes del conflicto, la declaración Balfour, el primer tercio del siglo XX de Palestina o el papel del Gran Muftí de Jerusalén en la Segunda Guerra Mundial y su relación con la Alemania nazi.

El tercer motivo es que hay pocos trabajos o libros de este tema en español, casi toda la documentación la tuve que encontrar en libros en inglés.

El cuarto motivo es porque es un trabajo mío de posgrado universitario y con esta plataforma se puede difundir por la red para ampliar la documentación del tema tratado.

 

 

Hajj Amin al Husseini y los orígenes del conflicto palestino. Introducción 

El sionismo acordó en el Congreso de Basilea de 1897 establecer un estado judío en Palestina. Los rabbis de Viena decidieron enviar dos representantes a Palestina para averiguar si las ideas de Herzl eran viables. Desde allí telegrafiaron: “La novia es bella, pero está casada con otro hombre”.

Y es que el sionismo desde sus inicios tuvo que afrontar el problema de que una población árabe ya vivía en la tierra donde los judíos habían puesto su corazón.

Jabotinsky afirmó en su artículo publicado en 1923 bajo el título de “El Muro de hierro” que el único medio para que las dos comunidades pudiesen convivir en paz como buenos vecinos era el establecimiento en Palestina de una fuerza que contuviera la presión árabe. “Cada nativo de esa tierra resistirá el asentamiento de extranjeros mientras vean cualquier esperanza de librarse del peligro de una colonización”, escribió, “Así se comportarán mientras posean una brizna de esperanza de que puedan impedir la transformación de Palestina en la Tierra de Israel”.

Ese espíritu de resistencia que advertía Jabotinsky lo encarnó, desde la Declaración Balfour, Amin al-Husseini.

Toda su vida la dedicaría a la lucha por la independencia de los árabes, ya sea del yugo colonial británico o contra los asentamientos y la inmigración judía en Palestina.

En el transcurso de los años se globalizó su lucha. Lo que había comenzado en Palestina y la Gran Siria, se extendería a otros países como Irak, Irán, Egipto y en general la ummah musulmana.

El muftí se declaraba ferviente enemigo de tres pueblos, los británicos, los judíos y los rusos comunistas, los cuáles, según él, oprimían al Islam.

La Yihad a estos enemigos le fue acercando a la Alemania nazi. Esta simbiosis entre Islam y nazismo no fue ideológica, era una coalición de intereses comunes en la lucha contra el mismo enemigo. Palabras del propio muftí declaraban que el enemigo de mi enemigo es mi amigo.

La simpatía con la que las naciones árabes vieron a la Alemania nazi estuvo ciertamente basada en aspectos nacionales e intereses políticos, sin embargo, el fuerte nexo entre el nazismo y el mundo árabe trascendió los dictados de la realpolitik; basándose en valores y actitudes comunes hacia los judíos.

El Muftí deseaba una Palestina libre de judíos. Los únicos que tenían derecho a vivir en esa tierra era la yishuv o antigua comunidad judía que había convivido con los musulmanes desde tiempos remotos, como dimmís o protegidos del Islam.

El Muftí creía firmemente en la veracidad de Los Protocolos de los sabios de Sión, pero hubiera sido capaz de creer en cualquier cosa que le ayudara a recuperar la tierra de Palestina para su pueblo.

Su figura es la de héroe para unos y villano para otros. Su persona inicia un movimiento de resistencia que ha pasado de ser un problema regional a un asunto de interés mundial en la actualidad y que desencadena otros conflictos paralelos.

Es por ello que he decidido dedicar mi trabajo en este curso de especialización al Gran Muftí de Jerusalén, pues es un paradigma de los orígenes de este conflicto.

No es la causa del conflicto sino una de las consecuencias.
Las causas de este conflicto son diversas y trataremos de ubicarlas en este pequeño estudio de la primera mitad del siglo XX en Palestina.

Las consecuencias también son múltiples y quizá algunas todavía impredecibles.

 

 

Orígenes del conflicto en Palestina

La Primera Guerra Mundial tuvo consecuencias decisivas que afectaron a toda la región del Próximo Oriente, y a Palestina y a los nacionalismos judío y árabe en concreto.

La presencia económica y militar de las grandes potencias en el lugar y la importancia geoestratégica hizo inevitable que el conflicto europeo influyera de manera decisiva en el desarrollo posterior de la historia.

La alianza otomana con Alemania y Austria desencadenó el final de este imperio largamente anunciado en las últimas décadas.

Gran Bretaña entabló negociaciones y acuerdos con los árabes, instigando el nacionalismo que les llevaría a la independencia. De forma análoga también se comprometieron con el nacionalismo del movimiento sionista que culminó con la Declaración Balfour.

El mismo Balfour reconoció que había incompatibilidad entre las promesas de independencia hechas a ambos pueblos. De esa incompatibilidad se derivaron contradicciones y enfrentamientos que llevaron al conflicto, casi permanente desde entonces entre árabes y judíos.

 

Tratado Sykes-Picot

Los acuerdos Sykes-Picot pretendían el reparto de toda la zona de Oriente Medio entre Inglaterra, Francia y Rusia, así como debilitar al Imperio Otomano, que había entrado en la guerra apoyando a Alemania.

Debe su nombre a los encargados de negociar el acuerdo, el británico Sir Mark Sykes y el francés Charles François George Picot. Rusia, que en principio iba a participar, no pudo hacerlo finalmente, debido a la Revolución Bolchevique que estalló en 1917.

acuerdos sykes picot

 

El contexto histórico en el que se desarrollaron las conversaciones se puede calificar, como mínimo, de delicado y cada una de las dos potencias europeas movieron sus piezas en función de sus intereses.

Mientras la diplomacia de las Islas iba prometiendo a los habitantes de esa zona del mundo (árabes y sionistas) el apoyo a sus aspiraciones, Sykes y Picot negociaban en secreto como repartírsela.

Por fin, El 3 de enero de 1916 acordaron la división de Oriente Medio para cuando la guerra hubiera finalizado. Francia se haría cargo de lo que, hoy en día, es Siria y de una franja costera que se convertiría en el Líbano actual. Igualmente se le reconocía un ámbito de influencia que llegaba hasta Mosul.

Mientras, los británicos conseguían Basora y Bagdad, así como una zona de influencia que llegaba hasta Persia, la futura Irán.

Palestina, mientras tanto, quedaba en una situación algo indefinida. Fue otorgada a los británicos, pero bajo un mandato de la Sociedad de Naciones.

Posteriormente, Gran Bretaña continuó efectuando movimientos para mantener su poder en la zona. Así, despreocupándose del Acuerdo firmado con Francia, tomó Mosul y, uniéndola a Basora y Bagdad, creó Irak. También le arrebató a los franceses una franja de Siria, anexionando una parte al estado iraquí recién creado y otra a Cisjordania.

Francia y Gran Bretaña dividieron la zona con una regla, creando países donde no los había y alimentaron las esperanzas nacionalistas tanto de árabes como de judíos, sin cumplir luego sus promesas.

El único lugar donde las intenciones del Tratado Sykes – Picot no llegaron a buen término fue en Turquía. Si bien el Imperio Otomano desapareció tras la Gran Guerra, los intentos de desmembrar y ocupar el país no tuvieron resultados. La aparición de la figura de Mustafá Kemal “Atatürk”, que libró a Turquía del dominio extranjero y fomentó un fuerte nacionalismo turco, frenaron las intenciones de las potencias de Europa.

 

Declaración de Balfour

El 2 de Noviembre de 1917, el ministro de Asuntos Exteriores británico Arthur James Balfour declaró que Gran Bretaña se avendría a instaurar una patria nacional judía en Palestina, la conocida como Declaración Balfour de 1917.

declaración Balfour

Esta Declaración al principio estuvo contenida en una carta dirigida a Lionel Walter Rothschild, el 2º Barón de Rothschild, de una afamada familia judía bancaria que era el líder del pueblo judío en Gran Bretaña.

 

La carta reza de la siguiente manera:

“Estimado lord Rothschild,

tengo mucho gusto en enviarle, en nombre del Gobierno de Su Majestad, la siguiente declaración de simpatía sobre las aspiraciones de los judíos sionistas, que ha estado sometida al Gabinete y aprobada por él:

El gobierno de Su Majestad mira con buenos ojos la creación en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y utilizará sus mejores oficios para facilitar la consecución de esta meta, entendiéndose claramente que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y la situación política de los cuales gozan los judíos en otro país cualquiera.”

La carta se encuadra en un contexto bélico de movimientos diplomáticos británicos a veces contradictorios, que buscaban apoyos y aliados en la guerra.

Esta carta sin duda busca ganar para la causa británica a los judíos sionistas del mundo, con vistas especialmente a los judíos bolcheviques revolucionarios rusos, de los que se sobreestimó tanto cualitativa como cuantitativamente su peso en la Revolución Rusa.

De todos modos, la Declaración Balfour fue la pieza fundamental del rompecabezas, porque sin ella el estado judío jamás habría nacido. Gracias a Herzl y a Weizmann los judíos actuaron exactamente a tiempo. Chaim Weizmann y Nahum Sokolov, prominentes líderes sionistas en Londres y la Organización Mundial Sionista buscaban obtener tal compromiso de apoyo judío para los objetivos británicos en la guerra. El Movimiento Global Sionista presionaba al gobierno británico para el apoyo de una patria judía a cargo de los palestinos indígenas musulmanes que habitaban en Palestina. Weizmann no dejaba de advertir del riesgo de que Berlín se les adelantase en un compromiso de apoyo alemán a las aspiraciones judías sobre Palestina. Mientras tanto Sokolov conseguía con la declaración Cambon la “simpatía” del gobierno francés sobre este punto.
La poderosa e influyente Casa Bancaria judía Rothschild y Chaim Weizmann exigieron una retribución al Gobierno británico por el apoyo global judío al esfuerzo de guerra británico contra Alemania.

Chaim Weizmann
Chaim Weizmann

 

Theodor Herzl
Theodor Herzl

 

La moderna plataforma para el Movimiento Sionista fue establecida en el Congreso Sionista Mundial que se celebró en Basilea, Suiza, dirigido por el judío austrohúngaro Theodor Herzl.

Una leyenda sionista vincula el éxito político de Weizmann con sus habilidades como químico. En 1915 la producción de cordita, explosivo que utilizan los cañones de la Royal Navy, estaba amenazada por la falta de un disolvente, la acetona. En su laboratorio de Manchester, Weizmann consigue obtener acetona a partir de la fermentación de maíz, y pone en proceso la elaboración industrial. Los británicos, agradecidos, se ofrecen a concederle cualquier recompensa, y él no pidió algo personal sino nacional.

Cuando se publicó la Declaración, vivían en Palestina de 85.000 a 100.000 judíos, con una población total de 600.000 almas. Casi todo el resto estaba formado por árabes, cristianos y musulmanes. Si el conjunto de los árabes hubiese contado con una buena organización diplomática durante la guerra -si en general los árabes de Palestina hubiesen tenido alguna organización-, no cabe la más mínima duda de que jamás se habría emitido la Declaración. Incluso doce meses más tarde no habría sido posible. En realidad, Weizmann introdujo a los sionistas por la estrecha puerta de la oportunidad, una puerta que nunca más volvería a abrirse. En Londres, Lloyd George y Balfour consideraron que habían aprovechado la guerra más odiosa de la historia humana para producir por lo menos algún beneficio: dar un hogar a los judíos.

 

Fin de 1ª Guerra Mundial y hundimiento del imperio otomano

Al término de la Gran Guerra, derrotados y expulsados los turcos de la región se produjo en esta el choque entre dos grupos de fuerzas enfrentadas. De un lado el nacionalismo árabe, partidario de la unidad e independencia, y por otro lado Gran Bretaña y Francia que, como hemos visto anteriormente, en la línea de los acuerdos Sykes-Picot, llegaron a un arreglo para el reparto de zonas de influencia en la región y el establecimiento de Mandatos.

El destino de Palestina se jugó durante y al final de la guerra, un asunto particularmente delicado por su importancia estratégica y religiosa.

Negociaciones y acuerdos mantenidos por los aliados y en especial por Gran Bretaña, decidirían la suerte de Palestina. Las promesas contenidas en estos acuerdos habían llegado a ser discordantes. La diferencia de opiniones y criterios acerca de lo acordado con respecto a la condición futura de Palestina contribuyó a crear el problema palestino.

Emir Faisal conferencia de Versalles
Partido del Emir Faisal en la Conferencia de París Izq a dcha: Rustum Haider, Nuri as Said, Faisal, capt. Pisani T.E Lawrence (el famoso Lawrence de Arabia), esclavo de Faisal, capt Hassan Khadri.

Las interpretaciones o acuerdos contradictorios los encontramos en:

a) la correspondencia Hussein- Mac Mahon del 14 julio de 1915 al 30 de marzo de 1916 por la que se deduce que se ha prometido la liberación de los pueblos árabes incluida Palestina. El alto comisionado británico en Egipto Sir Henry McMahon mantuvo correspondencia con al-Sharif Husayn bin Ali de la Meca trazando los términos del futuro apoyo británico en la revuelta árabe contra el Imperio Otomano durante la primera guerra. Las cartas no se publicaron hasta 1939 y en ellas el sharif buscó la independencia para las regiones árabes y la restauración de un califato islámico. McMahon aceptó los términos el 24 de octubre de 1915 pero con importantes matizaciones.

b) En los acuerdos Sykes-Picot de junio de 1916, por los que se sitúa a Palestina bajo control de una administración internacional, fijándose en la Conferencia de San Remo de 1920 que quedaría bajo Mandato británico este territorio sustraído a Turquía por el tratado de Sevres de 1920, y todo ello aprobado por la Sociedad de Naciones en 1922.

c) En la Declaración Balfour de noviembre de 1917, por la que Gran Bretaña se comprometía al establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío.

d) En la Conferencia de paz de Paris, el 3 de enero de 1919, donde el sionista Weizmann y el hachemita Faisal, hijo de Hussein rey del Hejaz, parece que llegaron a un acuerdo por el cuál se aceptaba que Palestina fuera una entidad diferenciada del Estado árabe y que la Declaración Balfour se cumpliera, con la condición de que todas las otras reivindicaciones territoriales árabes fueran atendidas y cumplidas por las grandes potencias. (Este posible acuerdo nunca ha sido reconocido como jurídicamente válido por los árabes, pese a que finalmente se llegó a la independencia de todos los territorios árabes años después).

La situación de Palestina al término de la Primera Guerra Mundial y a partir de estos acuerdos incoherentes queda asentada en el juego de tres intereses. Por una parte Gran Bretaña y Francia intentando y ejerciendo su gobierno en la zona, los árabes, por su lado, esperaban la independencia dentro de la nación árabe, y, finalmente, los sionistas que anhelaban crear el prometido hogar nacional.

 

Tratado Faisal-Weizmann

Dediquemos este apartado a un acuerdo que tiene relativamente poco valor vinculante aunque clarificador en intenciones.

Se llevó a cabo como parte de la Conferencia de Paz de París de 1919.

Weizmann había visitado anteriormente a Faisal en 1918 durante el avance británico desde el sur contra el imperio otomano. Como líder de la comisión sionista viajó al sur de Transjordania para el encuentro, con el fin de apoyar un futuro reino árabe y el establecimiento del asentamiento judío en Palestina., respectivamente. Los deseos de los palestinos árabes debían ser ignorados y ambos menospreciaron a los nativos árabes de la región, Weizmann llamándoles traicioneros, arrogantes, analfabetos y codiciosos, mientras que Faisal ni siquiera les identificaba como árabes.

1918 Chaim Weizmann y Emir Faisal
1918 Chaim Weizmann y Emir Faisal

Volvieron a encontrarse en Londres en 1918 y posteriormente en París.

 

 

TEXTO DEL ACUERDO Faisal-Weizmann (3 January 1919)

His Royal Highness the Amir FAISAL, representing and acting on behalf of the Arab Kingdom of HEJAZ, and Dr. CHAIM WE1ZMANN, representing and acting on behalf of the Zionist Organisation, mindful of the racial kindship and ancient bonds existing between the Arabs and the Jewish people, and realising that the surest means of working out the consummation of their national aspirations, is through the closest possible, collaboration in the development of the Arab State and Palestine, and being desirous further of confirming the good understanding which exists between them, have agreed upon the following Articles:

Su Alteza Real el Emir Faisal, que representa y actúa en nombre de los países árabes del Reino de Hejaz, y el Dr. Chaim WEIZMANN, que representa y actúa en nombre de la Organización Sionista, consciente de la diversidad racial y los antiguos lazos existentes entre los árabes y los judíos, y dándose cuenta de que el medio más seguro en la elaboración de la consumación de sus aspiraciones nacionales, es a través de la más cercana colaboración posible en el desarrollo del Estado árabe y Palestina, y estando deseosos de confirmar el buen entendimiento que existe entre ellos, han acordado los siguientes artículos:

 

Article I    Artículo I

The Arab State and Palestine in all their relations and undertakings shall be controlled by the most cordial goodwill and understanding and to this end Arab and Jewish duly accredited agents shall be established and maintained in their respective territories.

El Estado árabe y Palestina, en todas sus relaciones y empresas, se deberán regir por las intenciones más cordiales y de buena voluntad. A este fin árabes y judíos establecerán agentes debidamente acreditados en sus respectivos territorios.

Article II   Artículo II

Immediately following the completion of the deliberations of the Peace Conference, the definite boundaries between the Arab State and Palestine shall be determined by a Commission to be agreed upon by the parties hereto.

Inmediatamente después de la finalización de las deliberaciones de la Conferencia de Paz, se determinarán las fronteras definitivas entre el Estado árabe y Palestina por una Comisión que sea acordada por las partes.

 

Article III     Artículo III

In the establishment of the Constitution and Administration of Palestine all such measures shall be adopted as will afford the fullest guarantees for carrying into effect the British Government’s Declaration of the 2nd of November, 1917.

En el establecimiento de la Constitución y la administración de Palestina, todas estas medidas se adoptarán en forma de ofrecer todas las garantías para llevar a efecto la Declaración del Gobierno británico del 2 de noviembre de 1917.

Article IV     Artículo IV

All necessary measures shall be taken to encourage and stimulate immigration of Jews into Palestine on a large scale, and as quickly as possible to settle Jewish immigrants upon the land through closer settlement and intensive cultivation of the soil.

Todas las medidas necesarias deben tomarse para fomentar y estimular la inmigración de los Judíos en Palestina a gran escala, y tan pronto como sea posible resolver el asentamiento de los inmigrantes judíos a la tierra y el cultivo intensivo de ésta.

In taking such measures the Arab peasant and tenant farmers shall be protected in their rights, and shall be assisted in forwarding their economic development.

Al tomar tales medidas los granjeros, agricultores y campesinos árabes deberán estar protegidos en sus derechos, y contarán con la asistencia en su desarrollo económico.

Article V    Artículo V
No regulation nor law shall be made prohibiiting or interfering in any way with the free exercise of religion; and further the free exercise and enjoyment of religious profession and worship without discrimination or preference shall for ever be allowed.

Ningún reglamento ni ley interferirán en modo alguno con el libre ejercicio de la religión y, además, el libre ejercicio y disfrute de la profesión religiosa y de culto sin discriminación ni preferencia deberá ser permitido para siempre.

No religious test shall ever be required for the exercise of civil or political rights.

Se requerirá una prueba no religiosa para el ejercicio de derechos civiles o políticos.

Article VI   Artículo VI

The Mohammedan Holy Places shall be under Mohammedan control.

Los Santos Lugares islámicos estarán bajo control musulmán.

 

Article VII   Artículo VII

The Zionist Organisation proposes to send to Palestine a Commission of experts to make a survey of the economic possibilities of the country, and to report upon the best means for its development.

La Organización Sionista enviará a Palestina una comisión de expertos para realizar un estudio de las posibilidades económicas del país, y que informe sobre los mejores medios para su desarrollo.

The Zionist Organisation will place the aforementioned Commission at the disposal of the Arab State for the purpose of a survey of the economic possibilities of the Arab State and to report upon the best means for its development.

La Organización Sionista hará uso de sus mejores esfuerzos para ayudar a los países árabes para proporcionar los medios para el desarrollo de los recursos naturales y posibilidades económicas del mismo.

 

Article VIII   Artículo VIII

The parties hereto agree to act in complete accord and harmony in all matters embraced herein before the Peace Congress.

Las partes convienen en actuar en completo acuerdo y armonía en todos los asuntos que abarcan el presente documento ante el Congreso de la Paz.

 

Article IX      Artículo IX

Any matters of dispute which may arise between the contracting parties shall be referred to the British Government for arbitration.

Cualquier cuestión de conflicto que pueda surgir entre las partes contratantes se remitirá al Gobierno británico para el arbitraje.

Given under our hand at LONDON, ENGLAND, the THIRD day of JANUARY, ONE THOUSAND NINE HUNDRED AND NINETEEN.

Firmado en Londres, Inglaterra, el tercer día de enero de mil novecientos diecinueve.

[Translation}

Provided the Arabs obtain their independence as demanded in my Memorandum dated the 4th of January, 1919, to the Foreign Office of the Government of Great Britain, I shall concur in the above articles.

Siempre que los árabes obtengan su independencia, tal como se exige en mi memorando de fecha 4 de enero de 1919, a la Oficina de Relaciones Exteriores del Gobierno de Gran Bretaña, me ratifico en los artículos anteriores.

But if the slightest modification or departure were to be made [sc. Pero si la más mínima modificación se hiciera [in relation to the demands in the Memorandum] I shall not be bound by a single word of the present Agreement which shall be deemed void and of no account or validity, and I shall not be answerable in any way whatsoever.

en relación a las demandas en el memorando] no voy a estar obligado por una sola palabra del presente Acuerdo, que se considerará nulo y sin validez, y no seré responsable en modo alguno.

(signed) FAISAL IBN HUSAIN (in Arabic) (firmado) HUSAIN IBN Faisal (en árabe)
(signed) CHAIM WEIZMANN (firmado) Chaim Weizmann

 

Faisal, como se observa en la última parte del acuerdo, condicionó el tratado al cumplimiento de las promesas británicas hechas a los árabes en tiempos de guerra.

El acuerdo se cumplió unos pocos meses. La conferencia de Paz no otorgó el gran estado árabe que Faisal deseaba, principalmente por el reparto concretado en los acuerdos secretos de Sykes-Picot.

Después que Faisal fuese expulsado de Siria por los franceses y nombrado rey de Irak por los ingleses, declaró nulos los acuerdos del presente tratado.

El comité especial de la Sociedad de Naciones no reconoció el acuerdo como válido.

Weizmann reivindicó en 1947 la validez del tratado al haberse conseguido la independencia de la mayoría de los países árabes como reclamaba Faisal en su momento.

 

 

ÉLITES LOCALES EN LA PALESTINA OTOMANA

Los turcos, como más tarde los británicos, siguieron una política conservadora de apoyo a las élites sociales existentes.

Las reformas del Tanzimat trajeron una presencia del Estado en nuevos ámbitos y unas exigencias mayores para los súbditos en sus deberes como ciudadanos.

Pero una de las consecuencias más importantes del cambio político, legal y económico pretendido por el Estado otomano fue el fortalecimiento de las élites locales no militares, más vinculadas a la recaudación de impuestos y actividades crediticias y monetarias, posesión de tierras y representación de la administración local y provincial.

Se produce un desplazamiento del poder político del campo a las ciudades.

El tipo ideal de notables de la segunda mitad del siglo XIX se caracterizaba por su función política. El notable pertenecía por lo común a una familia que ya disponía de propiedades e influencia, y no era raro que fuese erudito en religión y derecho (ulema).

El notable mediaba entre su clientela y los representantes locales o autoridades centrales de Estambul. La mediación no siempre era altruista, subyacían objetivos de afianzamiento de posición e intereses, por lo que buscaban que ese flujo de quejas no se convirtiera en un trastorno del orden establecido, que beneficiaba sus intereses.

En cuanto a las comunidades no musulmanas, cristianos y judíos, también se articulaban socialmente y contaban con portavoces y representantes que, o eran cargos de la alta jerarquía clerical (clero cristiano o rabinos judíos) o laicos.

Aunque un estrato de comerciantes, empresarios, banqueros, médicos y farmacéuticos, logró adquirir una educación y fortuna, ascenso económico y afianzamiento en la comunidad, la élite musulmana no los reconoció como iguales desde el punto de vista social a pesar del éxito económico. La clase alta local incluyó solo a personas musulmanas hasta la disolución del imperio turco.1


ORÍGENES DE LA FAMILIA HUSSEINI

Hajj Mohammed Effendi Amin al-Husseini es miembro de una de las familias patricias de más prestigio de Palestina.

La rama principal de la familia no era originaria del lugar. Eran los Aswaqds (los negros) y provenían del Yemen. Fueron creciendo dentro de la clase social musulmana hasta que uno de ellos mediante enlace matrimonial pasó a formar parte de la familia del Sheik Abu Ghosh, uno de los más poderosos terratenientes de Jerusalén. Trece miembros del clan fueron alcaldes de Jerusalén entre 1864 y 1920, y otros sirvieron en el parlamento turco o fueron gobernadores regionales y líderes religiosos.

Más tarde, uno de los miembros de los Aswaqds se casó con la hija de un notable musulmán de nombre al-Husseini, el cuál reivindicaba la descendencia de Hussein, el hijo del califa Alí y Fátima, la hija del profeta.

A pesar de la tradición, asumió el nombre de la mujer por prestigio e influencia, llamándose en adelante al- Husseini. Era el abuelo de Amin, Mustapha.

Mustapha tenía buena relación con los turcos, lo que le llevó a acceder al puesto de Muftí de Jerusalén, entonces bajo el gobierno otomano. Su apropiación del distinguido apellido al-Husseini no fue del agrado de otras familias influyentes árabes, las cuáles persuadieron al gobernador turco de la ciudad para que prohibiera al Muftí usar el nombre. Sin embargo la familia presionó mediante un pariente, Shukry Bey al- Husseini, muy influyente en Estambul, por lo que lograron que el apellido permaneciera.

 

ESCUDO DE LA FAMILIA

escudo familia Hajj Amin al Husseini

Los tres ángulos curvados representan la luna creciente (símbolo islámico) y una espada (una para cada rama familiar, los Joudeh, Younis y los Naqeeb).

  • El círculo exterior es el escudo del islam.
  • El nombre de Dios o Allah representan el destino y el propósito de vivir y morir por Él.
  • El color negro representa el Islam y el rojo la línea sanguínea familiar con el Profeta

 

 

HAJJ AMIN AL-HUSSEINI

Amín al-Husseini nació en 1895 en Jerusalén, aunque hay fuentes que sitúan la fecha en 1893 o 1897. Por aquella época Palestina era un subsector del vilayato otomano de Siria. Era hijo Tahir al-Husseini y hermanastro de Kamil al-Husseini, ambos muftís de Jerusalén, éste después que aquel muriese en 1908. Su educación fue modesta, primeramente en una escuela musulmana local y más tarde en la escuela gubernamental de Jerusalén, donde aprendió turco. Estudió francés con los misioneros franceses y en la Alliance israélite universelle con su director judío antisionista Albert Antébi.

A los 19 años fue enviado a el Cairo a la escuela del Sheik Rashid Rida, siendo la base de su educación la filosofía islámica. Posteriormente inició sus estudios islámicos en la prestigiosa universidad de Al Azhar, no completando el primer curso.

En vez de ello consiguió el dinero suficiente para peregrinar a la Meca y Medina y dejó el Cairo en 1913. De esta manera pudo utilizar el título de Hajj. Desde Meca volvió a Jerusalén.

Cuando estalló la Primera Guerra Mundial sirvió como oficial de artillería turco. Pertenecía a la 47 Brigada con base en la ciudad greco-cristiana de Esmirna. La brigada también servía en bases cercanas al Mar Negro. Los otomanos fueron aliados de Alemania, el imperio Austro-Húngaro y Bulgaria

Hajj Amin al Husseini Primera Guerra mundial

No hay evidencias claras de su participación en el genocidio armenio aunque éste tuvo lugar durante sus años de servicio y en zonas donde estuvo destinado.

En 1916 dejó el ejército turco por baja de enfermedad y volvió a Jerusalén hasta el final de la guerra.

Con la ocupación británica de Palestina encontró empleo como administrativo en la oficina de Gabriel Pasha Hadad, consejero árabe del gobierno militar británico de Jerusalén. Desde allí fue transferido primero al departamento de Seguridad Pública, después a la oficina de aduanas de Qalqilyeh, y finalmente a Damasco. Pero pronto fue despedido y volvió a Jerusalén.

Consiguió un puesto de profesor en la escuela de Rachidiyeh, cerca de la Puerta de Herodes en Jerusalén este. En su tiempo libre escribía para la prensa local, en el periódico Suriyya al-Janubiyya, y organizaba encuentros de nacionalistas árabes. Rápidamente encajó en la vida pública árabe a través de las conexiones de su familia y su habilidad retórica en discursos y artículos.

En sus ensayos no ocultaba su odio a británicos y judíos. Husseini percibía la cuestión en estos términos, rechazar tanto la Declaración Balfour como el Mandato británico sobre Palestina, la preservación de un estado palestino y opuesto a la propuesta del establecimiento de una patria judía en tierras palestinas y procurar prevenir la inmigración judía.

En 1919 asistió al congreso pan-sirio de Damasco donde apoyó el nombramiento de Faisal como rey de Siria. Hasta 1921 focalizó sus esfuerzos en el panarabismo y en la Gran Siria, con Palestina como una provincia del sur. Esa Gran Siria la formarían los territorios que actualmente ocupan Siria, Líbano, Jordania e Israel. Este proyecto acabó con la deposición de Faisal por los franceses.

 

DISTURBIOS PALESTINOS DE 1920

El período entreguerras recrudeció la llamada “cuestión palestina” por los enfrentamientos entre árabes y judíos bajo el Mandato británico. La hostilidad hacia los judíos aumenta conforme se intensifica el incremento de la inmigración (Aliyá o Aliá, en hebreo: עליה, “ascenso”).

La hostilidad existente entre las dos comunidades es la consecuencia y la causa del conflicto que les enfrenta y que resulta de la lucha por el control político del país y de la incompatibilidad entre dos sociedades extrañas entre sí pero establecidas sobre el mismo territorio (J.P Derriennic).

Los disturbios de 1920 en Palestina o disturbios de Nebi Musa, fueron violentos disturbios árabes contra los judíos de Jerusalén bajo el dominio británico, el 4 y 7 de abril de 1920 en y alrededor de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Así llamados por la fiesta musulmana de Nebi Musa, que celebra el nacimiento de Moisés, durante la cual tuvieron lugar.

La administración de los territorios enemigos ocupados (OETA), autoridad militar británica desplegada desde abril de 1918, en general antisionista y a favor de la revocación de la Declaración Balfour, percibe desde muy pronto el altísimo riesgo de violencia intercomunitaria.

En la primera mitad de 1920 el yishuv recibe por partida doble su bautismo de fuego y sangre. En marzo, en el extremo norte de Galilea tres asentamientos judíos ( Tel Hai, Kfar Guiladi y Metula) son atacados por bandas árabes armadas, y los dos primeros caen pese al sacrificio de Josef Trumpeldor y otros siete defensores, sacrificio que configurará uno de los grandes capítulos de la nueva mitología nacional sionista.

El 4 de abril Jerusalén, otrora ciudad de paz y encuentro de religiones, se transforma en una ciudad sangrienta cuando grupos de árabes se introducen en el sector judío de la ciudad vieja, masacrando, incendiando y ejerciendo pillaje. Las manifestaciones se inician bajo el grito: “Larga vida al rey Faisal” . El emir ha sido proclamado rey de Siria el 8 de marzo y los notables arabopalestinos siguen considerando que su tierra es la Siria del sur. También se rebelan contra la Declaración Balfour.

En el Muro de las lamentaciones aparecieron carteles con las palabras: “Matar judíos no es pecado”.

En los cuatro días que duraron los disturbios murieron 5 judíos y 4 árabes, además de que 211 judíos y 21 árabes fueran heridos. Dos mujeres judías fueron violadas.

Este ataque cuidadosamente bien planeado, no sólo fue directamente contra los judíos sino que fue la primera violación abiertamente directa contra la autoridad de la ocupación británica.

Se dice que dos oficiales británicos llegaron a la casa de Husseini en su busca en el mes de mayo. Fueron recibidos por un hombre joven que les informó que era su hermano y que no estaba en casa y les sugirió que si volvían más tarde seguro que le encontrarían.

Ese joven era Amin y huyó rápidamente escapando de los británicos.

En el proceso judicial militar que siguió, los dos principales acusados de ser los responsables del estallido de la revuelta fueron Aref al Aref y Hajj Amin el Husseini.

Aref fue acusado de ser la persona que lideraba a los atacantes, mientras que Hajj Amin fue acusado de incitar esa violencia, sobretodo en sus explosivos artículos en el diario Suriyah al Janubiyah. Ambos, Aref y Amin, habían abandonado el país y fueron juzgados en su ausencia, siendo sentenciados a diez años de prisión.

La comisión Palin también culpó en el otro bando a las defensas judías paramilitares y condenó a su cabecilla, Ze´ev Jabotinsky, a 15 años de prisión.

Poco después Sir Herbert Samuel fue nombrado primer Alto Comisionado Británico en Palestina.

 

Samuel Herbert
Samuel Herbert

Uno de sus primeros actos, el 7 de julio de 1920, fue amnistiar a los prisioneros sentenciados por la corte militar, aunque Aref y Amin fueron excluidos, siendo también perdonados en septiembre de aquel mismo año. El anuncio coincidió con el primer viaje de Sir Herbert Samuel a Transjordania.

Había una considerable presión por parte de los grupos árabes, y, teniendo en cuenta que Sir Herbert era judío, creyó que lo más inteligente sería tender la mano a estos grupos para demostrar la buena fe del mandato y el espíritu imparcial y armonizador con el que pretendía gobernar..

Hajj Amin volvió a Jerusalén unos meses después.

 

NOMBRAMIENTO DEL MUFTÍ

En febrero de 1921 murió Kamel al-Husseini, el Muftí de Jerusalén.

La sucesión fue un escenario de controversias y problemas entre las familias musulmanas que lideraban Palestina.

Cuando Palestina estaba dirigida por Turquía, los asuntos administrativos, religiosos y judiciales eran manejados por Estambul. Los líderes locales eran meros subordinados. Con el Mandato británico cada vez se fueron transfiriendo más responsabilidades en el manejo de asuntos propios de Palestina a los líderes locales. Para este fin se llevó a cabo una conferencia de dignatarios religiosos en noviembre de 1920 que establecería una oficina central, con sede en Jerusalén, que asumiera el control. El Muftí asumiría un considerable papel sin precedentes.

La competición por la sucesión de Kamel se inició en marzo de 1921.

Los ulema fueron convidados a celebrar elecciones para el nombramiento, en el que se escogerían en primer lugar tres candidatos entre los más votados para posteriormente elegir al muftí entre estos tres.

El resultado fue:

NOMBRAMIENTO DEL MUFTÍ

– Sheikh Husam al Din Jarallah, en primera posición
– Sheik Khalilh al Khalidi, segunda posición.
– Musa al Budairi, tercera posición
– Hajj Amin al-Husseini, cuarta posición.

Amin al-Husseini quedaba, por tanto, fuera de la posibilidad de elección al cargo. Los tres primeros candidatos pertenecían al clan Nashashibi.

Poco después de la elección, el candidato más votado, el Sheikh Husam al Din Jarallah, se retiró por motivos no esclarecidos, aunque podría haber sufrido presiones de los grupos que apoyaban a Hajj Amin. El clan Husseini había realizado una campaña de protesta, enviando telegramas y peticiones a la oficina del Alto Comisionado, apuntando a la siniestra influencia sionista contra la candidatura de Hajj Amin.

De esta manera Amin al-Husseini quedó dentro de la zona de selección y finalmente acabó siendo elegido sobre los otros dos candidatos.

Con esta elección el islam radical prevaleció sobre las otras voces islámicas moderadas entre la comunidad arabopalestina. Las esperanzas británicas se sostenían en que este nombramiento apaciguaría la rabia de los árabes palestinos radicales.

 

El personaje

Hajj Amín se convirtió en Muftí de Jerusalén a la edad de veintiséis años.

Hajj Amin al Husseini

De corta estatura, vestía simple pero elegante, siempre con los mismos zapatos negros de cuero y la tradicional vestimenta de muftí – un turbante blanco envuelto sobre fez rojo y un elegante vestido negro hasta los tobillos.

La gente que le conocía por primera vez quedaba sorprendida por su caballerosidad, incluso por su humildad y sumisión. También se sorprendían por su apariencia no musulmana, casi occidental, de piel blanca y barba marrón rojiza, pelo rubio y expresivos ojos azules claros.

Siempre llevó la cara afeitada de joven y se dejó crecer la barba solo en vísperas de su elección como muftí sugerencia de Sir Herbert Samuel, pues la barba le daría a al Husseini una apariencia de más edad y de la posición que debía asumir a partir de aquel momento.

Era conocido por sus caros cortes de pelo y manicuras, sus refinados gustos culinarios y sus lujosas comodidades y aposentos a lo largo de los viajes al extranjero.

Fue un orador hipnótico y carismático para las masas. Partidarios u oponentes, amigos o enemigos, reconocían sus habilidades retóricas y su pasión en sus argumentos. Desde su juventud fue un político nato, con el don de recordar nombres y caras, que conocía instintivamente como manipular las masas.

De serenidad y elegante apariencia, cortés en sus maneras, nunca levantaba la voz en sus conversaciones privadas, pero también era conocido y temido por su temperamento, que a veces rozaba en lo patológico cuando sus colegas o rivales se le oponían. A veces ordenó la eliminación de políticos rivales entre la comunidad árabe palestina, incluidos miembros del clan Nashashibi. Como resultado su vida fue amenazada en numerosas ocasiones. Siempre temeroso de un atentado a su vida, tomaba extraordinarias precauciones de seguridad. Nunca salía sin chaleco antibalas y un leal dispositivo de guardaespaldas o escoltas siempre le acompañaban a todos los sitios.

El Consejo Supremo Musulmán

Samuel estaba ansioso de mantener un equilibrio entre los Husseinis y los Nashashibis. Un año antes los británicos habían reemplazado al primo de Hajj Amin, Musa Kasim Pasha al-Husseini, del cargo de alcalde por Ragheb al-Nashashibi, cargo que ostentaría hasta mediados de la década de los años 30. Pudiera ser que la elección de Muftí se utilizara como compensación y por este motivo se presionara a Husam al Din Jarallah a que abandonase.

El Gobierno procedió con sus planes de transferir la administración de los asuntos islámicos a los líderes musulmanes. En este sentido favoreció más en sus apoyos a líderes religiosos con reputación política que en líderes con amplios conocimientos y estudios islámicos. Se decidió establecer el Consejo Supremo Musulmán, compuesto por el presidente y cuatro miembros, que asumían la responsabilidad de los fondos religiosos, servicios sociales, de las mezquitas y del tribunal de la sharía. Hajj Amín se convirtió en su presidente el primero de mayo de 1922.

Con este cargo Hajj Amin controlaba muchos fondos económicos, entre ellos los fondos de caridad o Waqf. También el Consejo tenía el poder de nombrar los imanes de las mezquitas, los profesores de los seminarios religiosos, los jueces del tribunal de la sharía y todos los oficiales de las instituciones islámicas en el país. Un poder considerable que Hajj Amin, con su habilidad organizativa, utilizaría para elegir candidatos acordes a su pensamiento.

La institución de Muftí de Jerusalén creció en poder y prestigio después de la ocupación británica y, cuando el Muftí se convirtió en Presidente del Consejo Supremo Musulmán, aumentó todavía más.

Uno de los grandes proyectos de al-Husseini en 1920 fue el incremento de fondos a través del mundo árabe para destinarlos a la mejora de la explanada de las mezquitas, el lugar donde se erigía el antiguo Templo de Salomón y conocido por los árabes como al-Haram al-Sharif. Los fondos se destinarían especialmente a la cubierta dorada del Templo de la Roca y a las mejoras de la mezquita de al Aqsa. Ello serviría para incrementar el prestigio tanto de Jerusalén como de la influencia de al Husseini en el mundo arabo-islámico.

 

DISTURBIOS PALESTINOS O DE JAFFA DE 1921

El 1 de mayo de 1921 el «Partido Comunista Judío» celebró un desfile en Jaffa para conmemorar el Día de los trabajadores. El partido había distribuido folletos en árabe y en yiddish durante la noche anterior, donde se pedía derrocar el dominio británico.

La mañana del desfile, uno de los altos oficiales de policía de Jaffa, Toufiq Bey Al Said, visitó la sede del partido para advertir a los 60 miembros presentes para no marchar.

Un gran desfile también había sido organizado en Tel Aviv por el rival socialista, «Unidad Trabajadora», con autorización oficial. Cuando se reunieron las dos procesiones, una pelea estalló, y la policía palestina persiguió a los comunistas de Jaffa; al escuchar los combates, los habitantes árabes de Jaffa pasaron a la ofensiva.

Docenas de británicos, árabes y judíos testigos informaron de que muchos de los hombres árabes con cuchillos, espadas y pistolas irrumpieron en edificios de los judíos y mataron a sus habitantes, mientras que las mujeres realizaban los saqueos.

Atacaron a peatones judíos y destruyeron casas y tiendas de judíos. También golpeaban y asesinaban a los judíos en sus hogares, incluidos los niños, y en algunos casos se les abrió el cráneo a las víctimas.

Un albergue para inmigrantes, dirigido por la Comisión Sionista, con un centenar de personas que habían llegado en los últimos días, fue atacado por la multitud con lanzamiento de piedras seguidas de bombas y disparos de armas de fuego. Al ver llegar a la policía hubo un alivio temporal entre los residentes, pero desapareció cuando se hizo evidente que los disparos de los policías no eran para dispersar a la multitud sino que en realidad eran destinados a la construcción. En el patio un inmigrante fue fusilado por un policía, y otros fueron apuñalados y golpeados con palos. Cinco mujeres fueron víctimas de disparos de los policías, otras tres lograron escapar. A otras dos mujeres, los policías las acorralaron e intentaron violarlas, pero lograron escapar a pesar de sus disparos. Una niña de 14 años y algunos hombres lograron escapar del edificio, pero cada uno fue a su vez perseguido y muerto a golpes con barras de hierro o de palos de madera.

Como en el del año anterior, durante los Disturbios palestinos de 1920, la turba destrozó los edredones y almohadas de sus víctimas, al igual que en los pogromos de Rusia, realizando en el lugar “nubes” de plumas. Algunos árabes defendieron a los judíos y les concedieron refugio en sus hogares, muchos testigos identificaron a sus agresores y asesinos como sus vecinos. Varios testigos dijeron que también habían participado policías árabes.

El Alto Comisionado Herbert Samuel declaró el estado de emergencia, impuso censura en la prensa, y pidió refuerzos procedentes de Egipto. El General Allenby envió dos destructores, a Jaffa y uno a Haifa.

Samuel se reunió con calma y trató a los representantes árabes. Musa al-Husseini, que había sido destituido como alcalde de Jerusalén por causa de su participación del año anterior en los disturbios, solicitó la suspensión de la inmigración judía. Samuel asintió, y a dos o tres pequeñas embarcaciones que llegaban con unos 300 judíos se les negó el permiso de desembarco, viéndose obligados a regresar a Estambul. Los combates continuaron varios días y se extendieron cerca de Rehovot, Kfar Saba, Petaj Tikva y Hadera.

Resultaron asesinados 45 judíos y otros 146 fueron heridos, mientras que las bajas árabes fueron de 48 muertos y 73 heridos y se debieron a enfrentamientos con las fuerzas británicas al intentar restablecer el orden.

Miles de residentes judíos de Jaffa huyeron a Tel Aviv y se alojaron en tiendas de campaña en la playa. Tel Aviv que era dependiente de Jaffa se convirtió en una nueva ciudad, debido en gran parte a los disturbios ocurridos en Jaffa. Sin embargo Tel Aviv todavía dependía de Jaffa, para el suministro de la alimentación, los servicios, y fue el lugar de empleo para la mayoría de los residentes de la nueva ciudad.

Algunas aldeas, cuyos residentes habían participado en los actos de violencia, fueron multadas y algunos vándalos fueron llevados a juicio. El escritor y co-editor del periódico Kuntress, Yosef Haim Brenner fue una de las víctimas mortales de los disturbios. El oficial Toufiq Bey Al Said, quien renunció a la policía de Jaffa, recibió un disparo en la calle; su muerte fue adjudicada a los veteranos de Hashomer en retribución por el asesinato de Brenner.

En su discurso en ocasión del cumpleaños Real en junio de 1921, Samuel hizo hincapié en el compromiso de Gran Bretaña a la segunda parte de la Declaración Balfour de 1917 y declaró que la inmigración judía se permitiría únicamente en la medida en que no se cargara la economía. Luego se suspendió la inmigración judía. Los que escucharon el discurso de Samuel tuvieron la impresión de que estaba tratando de apaciguar a los árabes por el expansionismo judío, y algunos líderes judíos le boicotearon por un tiempo.

Nuevos disturbios sangrientos estallaron en el barrio judío de Jerusalén, el 2 de noviembre de 1921, cuando cinco residentes judíos y tres de sus atacantes árabes murieron, lo que llevó a los llamamientos para la renuncia del comisionado de la ciudad, Ronald Storrs.

Tanto la comisión investigadora de los disturbios de 1920 como la comisión Haycraft para los de 1921 llegaron a la conclusión de que los incidentes se debieron a la decepción de los árabes ante el incumplimiento de las promesas de independencia y la desaprobación de la Declaración Balfour.

Gran Bretaña respondió a estos actos de violencia contra los judíos con la elaboración de un Libro Blanco en junio de 1922, que excluía la perspectiva de un Estado judío, afirmaba la igualdad de los derechos de los judíos y de los árabes sobre Palestina y subordinaba la inmigración judía a la capacidad de absorción económica del país.

 

DISTURBIOS PALESTINOS DE 1929.

Los Disturbios Palestinos de 1929 (también conocidos como la Sublevación del Muro de las Lamentaciones o Sublevación de Buraq) tuvieron lugar a finales de agosto de 1929 cuando una prolongada disputa entre musulmanes y judíos por el acceso al Muro de las Lamentaciones en Jerusalén desembocó en actos violentos. Durante la semana de disturbios, por lo menos 116 árabes y 133 judíos fueron asesinados y 339 heridos.

Preludio.

El 10 de agosto de 1928 una asamblea constituyente creada por los franceses en Siria fue rápidamente aplazada cuando hubieron llamamientos a la unidad con Palestina. Al Husseini y Awni Abd al Hadi se encontraron con los sirios nacionalistas e hicieron una proclamación conjunta para la unidad monárquica en un solo estado bajo el hijo de Ibn Saud.

El 26 de agosto se completó el primer trabajo de restauración en las mezquitas de Haram ash-Sharif y fue festejado con una gran celebración, con la presencia de diversos representantes de países musulmanes que habían financiado el proyecto, las autoridades del Mandato y Abdullah, el emir de Jordania.

Un mes después, un artículo de la prensa judía se hizo eco de la propuesta de compra y posterior destrucción de casas fronterizas con el Muro en el sector musulmán de la ciudad vieja, para mejorar el acceso de los peregrinos.

Poco después, el 23 de septiembre, en Yom Kippur, los judíos introdujeron una pantalla que separaba a hombres y mujeres en el lugar de rezo frente al Muro. Los musulmanes se quejaron de que ello transformaba el carril de paso en una sinagoga, violando con ello el status quo. Los británicos actuaron y utilizaron la fuerza para quitar la pantalla, habiendo enfrentamientos entre fieles y policías.

Los sionistas alegaron una fuerza desproporcionada por parte de los británicos e inoportunidad en una fecha de celebración tan importante para el pueblo judío. La protesta se extendió por toda la comunidad judía internacional y se demandó que se expropiase el Muro para los judíos.

El 28 de octubre Husseini presentó un memorandum al Consejo Supremo Musulmán en el que se aseguraba que los judíos planeaban tomar Haram al-Sharif, lugar donde se ubicaba el antiguo Templo. Posteriormente se distribuyeron fotografías que mostraban la bandera israelí blanquiazul con la estrella de David ondeando en la cima de la Cúpula de la Roca.

En respuesta, los musulmanes organizaron un comité de defensa para la protección del noble Buraq, -El Buraq, como llaman los musulmanes al Muro, es el lugar dónde Mahoma ató el caballo con alas que le proporcionó el arcángel Gabriel y que le trasladó de la Meca a Jerusalén la noche en que ascendió a los cielos desde la roca del Templo-, y un gran gentío se concentró en la plaza de al Aqsa para protestar.

El Mufti ordenó abrir el extremo sur del callejón que cruzaba el Muro. El antiguo callejón sin salida se convirtió en un paso que iba desde el Monte del Templo hasta dentro del área de oración del Muro.

Tuvieron lugar diversos incidentes. Las mulas pasaban por esa calle estrecha, a menudo tirando excrementos. Ladrillos de la construcción cayeron a los fieles judíos, según los árabes de manera accidental. Los muecines (anunciadores de las mezquitas) llamaban a sus fieles a la oración con el volumen en sus sistemas de amplificadores de voz justo encima del Muro, dificultando la liturgia judía. Esto, junto con otros proyectos de construcción en la zona, y el acceso restringido al Muro, provocó la protesta de los judíos ante los británicos que permanecieron indiferentes.

El 14 de agosto de 1929, después de los ataques a judíos que rezaban en el Muro, 6000 judíos se manifestaron en Tel Aviv gritando “El Muro es nuestro.” Al día siguiente, día de ayuno para los judíos, 300 jóvenes izaron la bandera de Israel y cantaron el himno sionista o Hatikvah frente al Muro.

La misma tarde un grupo islamista radical que se autodenominaban la Asociación para la protección de la mezquita de al Aqsa publicó en la prensa árabe: “los judíos a las 3:30 de hoy, en el Muro, hicieron una manifestación antimusulmana. El resentimiento es grande y general. Protestad y desaprobarlo”.

Un día después, el 16 de agosto, el mawlid o mawsin al nabi, el aniversario del nacimiento del Profeta, una multitud organizada de 2000 musulmanes bajó al Muro de las Lamentaciones destrozando objetos litúrgicos, quemando libros de oración y notas de súplica o Kotel (papelitos con peticiones en el Muro). Sin embargo no atacaron a tres judíos allí presentes según unas fuentes y otros dicen que huyeron salvando la vida de una multitud con la consigna de que matar judíos les recompensaría con un lugar en el paraíso.

El 17 de agosto un jóven judío, Abraham Mizrachi, fue apaleado hasta la muerte por árabes después de que se le colara accidentalmente una pelota de fútbol en un jardín. Murió tres días después en el hospital. Poco después unos árabes fueron gravemente heridos en una pelea con judíos.

En los días siguientes la tensión aumentó, y, el viernes 23 de agosto, después de la oración en las mezquitas del viejo Jerusalén, incitados por al-Husseini, cientos de radicales islamistas armados irrumpieron en el sector judío de la ciudad antigua asesinando 133 judíos e hiriendo a 339.

La revuelta se extendió a la zona comercial judía y se produjeron diferentes matanzas, aunque fue en Hebrón donde los hechos adquirieron mayor gravedad: mientras la comunidad judía (unas 800 personas aproximadamente que convivían pacíficamente junto a miles de vecinos árabes) estaba ya descansando en el Shabat, vieron horrorizados como sus casas eran asaltadas y 67 judíos eran asesinados de forma brutal dentro de sus casas y sinagogas, habiendo más de 200 heridos. Hebrón se convirtió en una ciudad de terror: saqueos, asesinatos, violaciones torturas y mutilaciones… la población huyó despavorida y los sobrevivientes fueron transferidos a Jerusalén.

Hebrón, situada 30 kilómetros al sur de Jerusalén es el segundo sitio más sagrado y una de las cuatro ciudades santas del judaísmo. Es el lugar donde se encuentra la Cueva de Machpelah (hebreo: מערת המכפלה‎, Me-arat Hamachpelah], donde se encuentra la Tumba de los Patriarcas donde Abraham fue enterrado, y donde David fue ungido Rey de Israel y reinó allí hasta la captura de Jerusalén. La comunidad judía sefardí había vivido de forma continuada durante más de 800 años bajo diversas potencias imperiales, mientras que la comunidad ashkenazi había regresado al menos un siglo atrás.

En Hebrón a principios de los años 20 hubo un período de acoso árabe hacia la colectividad judía, con insultos en las calles, golpizas ocasionales, ataques con piedras a través de las ventanas de sus hogares y ocasionalmente disturbios en la Cueva de los Patriarcas. Existía, hasta ese momento, una relación amistosa entre las comunidades judía y árabe de Hebrón.

En ese período, la comunidad judía registró varias denuncias a la policía británica, reclamando que no se estaba haciendo lo suficiente para protegerlos. Los judíos atribuían algunos de los problemas a las actividades de los nacionalistas árabes de la Asociación Musulmana-Cristiana, que incluían la propaganda racista, canciones de incitación anti-judía y otros incidentes.

El 20 de agosto de 1929, después de los ataques árabes en Jerusalén, los dirigentes de la Haganá proponen la defensa de los aproximadamente 800 judíos del yishuv en Hebrón, o ayudarlos a evacuar. Pero los dirigentes de la comunidad judía de Hebrón desestimaron estas ofertas, insistiendo en que confiaban en la A’yan (intelectualidad de árabes notables) para protegerlos y contener a los sectores violentos.

El líder de la comunidad judía era Eliezer Dan Slonim, el cuál tenía excelentes relaciones con los británicos y los árabes, que le habían asegurado que no se producirían disturbios.

Baruch Katinka, un miembro de la Haganá, habló de su encuentro con Dan Eliezer poco antes de la masacre:

Dos días antes de la masacre, nos dijeron acerca de la necesidad de ir a Hebrón, con 10 o 12 personas armadas para proteger el lugar. Creo que fueron 10 hombres y 2 mujeres… Llegamos a Hebrón después de la medianoche y entramos a la casa de Eliezer Dan Slonim, el gerente del banco en la zona y jefe de la comunidad judía. Nosotros lo despertamos y le dijimos que habíamos traído armas y personas para protegerlos. Comenzó a gritar y dijo que si quería armas las pediría, pero que no había necesidad de ellas porque él tiene un entendimiento con los árabes, que necesitan el crédito, que están bajo su influencia y que no les harían daño. Por el contrario, dijo, caras nuevas en Hebrón sólo podría irritarlos. Durante la discusión, dos policías árabes nos apresaron y nos ordenaron ir a la estación de policía. El oficial Cafferata se reunió con nosotros en pijamas y nos pregunto quienes somos y qué estábamos haciendo. Dijimos que salimos a dar una caminata. El oficial reclamó de cómo nos atrevíamos a caminar durante ese tiempo y dijo que debíamos regresar a Jerusalén acompañado por la policía. Dos hombres se quedaron con las maletas en la casa de Slonim. Tenían las bombas con ellos, pero al día siguiente ellos también regresaron a Jerusalén porque Slonim los obligó a salir de casa. Al día siguiente, se produjo la masacre “.

Aref el Aref realizó una visita a Hebrón poco antes de los ataques y predicó un sermón inflamatorio el jueves 22 de agosto. Los falsos rumores que fueron esparcidos hablaban de que los judíos habían dado muerte a los árabes en Jerusalén y habían incendiado la mezquita de Al-Aqsa (documentada con una foto falsa) o que los judíos planeaban construir una sinagoga cerca del Muro de los Lamentos.

Después de que la primera víctima fuera asesinada el viernes, 40 personas se reunieron en la casa de Dan, confiando en que, debido a su influencia, no serian atacados. El sábado, los manifestantes se acercaron al rabino y le ofrecieron un trato. Si todos los estudiantes de la yeshiva Ashkenazi (comunidad judía más reciente procedente de la inmigración de centroeuropa) les fueran entregados a los árabes, los sediciosos salvarían las vidas de la comunidad Sefardí. El Rabino Slonim se negó a entregar a los estudiantes y fue muerto en el acto, junto con su esposa y su pequeño hijo de 4 años de edad (otro hijo de 3 años, sobrevivió). Finalmente 12 judíos sefardíes y 55 judíos ashkenazies fueron asesinados.

Diecinueve familias árabes salvaron a decenas, quizá cientos, de judíos. Zmira Mani habló acerca de un árabe llamado Abu Id Zaitoun que fue a buscar a su hermano y a su hijo para rescatarla a ella junto con su familia. Abu y su familia protegieron a la familia Mani con sus espadas, posteriormente fueron escondidos en un sótano junto con otros judíos que también protegían. Al encontrar a un policía solicitaron que escolte a la familia hasta la estación de policía británica en Beit Romano.

Masacre de Safed

Los ataques sobre Tel Aviv y los barrios judíos de Haifa fueron rechazados por la Haganá, pero en el quinto día de los disturbios el 29 de agosto, en Tzfat o Safed, los judíos sufrieron también matanzas, con alrededor de veinte asesinatos, incluidos mujeres, niños y ancianos, y otros ochenta resultaron heridos a manos de una violenta masa de árabes palestinos, siendo además incendiado y saqueado el barrio judío. La masacre se extendió a lo largo del día siguiente hasta que la autoridad mandataria británica logró controlarla.

Después de los incidentes de 1929, que tuvieron repercusión mundial, el gobierno británico estableció la comisión Shaw a fin de esclarecer el motivo del nerviosismo árabe que conducía a estos episodios violentos. Había indicios evidentes de que al- Husseini incitó a las masas y precipitó las controversias respecto al Muro de las Lamentaciones. Reconoció frente a la comisión que él mismo había alentado la publicación en árabe de los Protocolos de los Sabios de Sión y que fomentó la distribución por toda Palestina, convencido de la evidencia de una trama y conspiración judía para tomar posesión de las mezquitas sagradas para restaurar el antiguo Templo.

La comisión, no obstante, le declaró inocente de las matanzas y responsabilizó de ellas a la oposición árabe general al incremento de la inmigración sionista y la compra de tierras.

 

DÉCADA DE LOS AÑOS 30

En mayo 1930 se publica un nuevo Libro Blanco que proponía limitar muy severamente la inmigración judía y prohibir la compra de tierras por parte de los judíos en la mayor parte de Palestina. Pero esta política fue rechazada casi inmediatamente por el gobierno británico por la Carta de Mac Donald en febrero de 1931.

En enero de 1931 Hajj  Amin organizó y presidió un congreso musulmán, el Congreso Islámico Mundial, en Jerusalén y posteriormente viajó por India, Persia, Afganistán y otros países musulmanes, siendo reconocido como una figura de importancia dentro de la umma islámica.

Congreso islámico mundial
Congreso islámico mundial

 

El rechazo del Libro Blanco de 1930, y sobre todo el aumento de la inmigración a partir de 1933 derivó en el incremento y la radicalización de la resistencia árabe.

 

PARTIDOS POLÍTICOS Y RIVALIDAD ENTRE HUSSEINIS Y NASHASHIBIS

La primera fase de actividad política en Palestina desde 1919 a 1934 fue caracterizada por una serie de congresos.

En marzo de 1934, después de siete congresos, la unidad y la representatividad arabopalestina se rompió con la muerte de Musa Kazem Pasha al-Husseini, quien había sido presidente de los congresos desde 1920. entonces surgieron diferentes opiniones para la sucesión de Musa Kazem. Con su muerte la política arabopalestina entró en una nueva fase. Los líderes árabes formaron partidos propios y desde 1934 la relación entre ellos centró la vida política árabe. En abril de 1936, con el predominio de Hajj Amin al-Husseini, como muftí y Presidente del Supremo Consejo Musulmán, los líderes de los partidos políticos cooperaron en la formación del Alto Comité Árabe bajo la presidencia de Hajj Amin. Este comité asumió la dirección política en los disturbios de 1936 y fue declarado ilegal por las regulaciones de emergencia de 1937.

A parte de la rivalidad entre partidos, la población árabe había sido previamente alineada tras las familias de Husseini o de Nashashibi. Estas dos familias, ambas de economías boyantes, influyeron y gobernaron en Palestina por generaciones, entraron en conflicto en 1920 cuando Musa Kazem Pasha el Husseini fue obligado a dimitir, por su extremismo, como alcalde en favor de Ragheb Bey Nashashibi. Esta rivalidad se multiplicó durante la Revuelta Árabe.

Los partidos políticos que se formaron fueron los siguientes:

El partido árabe de Palestina

Fundado en mayo de 1935 bajo la presidencia de Jamal Eff. Al-Husseini, un primo lejano de Amin. El objetivo del partido era la independencia de Palestina y el fin del Mandato, la preservación del carácter árabe del país, la oposición al sionismo y el establecimiento de unas relaciones cercanas con otros países árabes.

Fue el partido más importante, principalmente porque era el partido de Hajj Amin.

Jamal Eff. Al-Husseini huyó a Siria con Amin en 1937. después se refugió en Irak y después de la derrota del la revuelta de Gaylani en 1941 marchó a Persia, donde fue arrestado.

Partido de defensa nacional

Partido formado en 1934 bajo la presidencia de Ragheb Bey Nashashibi. En general menos extremista que el anterior. Su objetivo era la independencia de Palestina y la supremacía árabe, y no reconocía la injerencia exterior que pudiese perjudicar ese objetivo o que pudiera influenciar en asuntos políticos o administrativos.

Ragheb Bey, no obstante, mantuvo una posición moderada y se distanció del Alto Comité, escapando del destino de sus colegas cuando fueron exiliados en 1937. En consecuencia, miembros de la familia Nashashibi y de este partido sufrieron atentados a sus vidas y propiedades en manos de bandas árabes entre 1937 y 1939 (el hermano de Ragheb, Fakhri Bey, reveló el 18 de diciembre de 1938 que sólo en su partido habían muerto 292 seguidores), provocando un giro en su política y otorgando una considerable ayuda a las autoridades británicas en las medidas antiterroristas decretadas en esos años.  También dieron el visto bueno al Libro Blanco de 1939.

Partido reformista árabe

Formado en agosto de 1935 y con el objetivo de la libertad para Palestina, el establecimiento de un gobierno autónomo, el bienestar de los trabajadores, el aumento de la educación y la oposición al establecimiento de un hogar nacional judío. Formado por el doctor Hussein Fakhri el Khalidi para reforzar su posición tras su elección como alcalde en 1934. Como partido nunca tuvo una apreciable influencia en la opinión pública. No obstante sí que tenía una considerable influencia en Jerusalén. Su líder finalmente fue deportado en el 37 a las Seychelles.

Otros partidos fueron el partido del Bloque Nacional, el partido Istiqlalist o de independencia y el partido de los Jóvenes Palestinos.

EL PRIMER ALTO COMITÉ SUPREMO ÁRABE

Fue formado el 26 de abril de 1936, para coordinar el trabajo del comité nacional que había sido formado en diferentes ciudades de Palestina para negociar las cuestiones de la causa árabe. El presidente fue Hajj Amin al-Husseini, que con este cargo alcanzó el cenit de su carrera como líder de los palestinos árabes. Los cinco partidos políticos más importantes estaban representados. Al mismo tiempo que se formó ya estaba en marcha la huelga que desencadenó los conflictos del 36 al 39. la primera decisión que se tomó tras la formación fue la de continuar con la huelga general contra el gobierno británico hasta que no cambiase su política de una manera fundamental, principalmente parando la inmigración judía o, como ellos decían, transfiriendo la tierra de los árabes a los judíos.

REVUELTA ÁRABE DE 1936 A 1939

Tras unos disturbios en 1933 estalló en 1936 un levantamiento general animado por el Alto Comité Supremo Árabe. Entre estos años la inmigración judía había incrementado la población de esta comunidad de 235.000 a 384.000 individuos, pasando de ser un 20 a un 30% del total de la población palestina.

Comenzaron los disturbios en Yafo, el 19 de abril de 1936 fueron asesinados 16 judíos y muchos resultaron heridos. Los árabes proclamaron una huelga general. El  Alto Comité Supremo Árabe encabezado por el Muftí, anunció que la huelga continuaría hasta que el Gobierno británico cumpliera con tres demandas:

  • la interrupción total de la inmigración judía
  • la prohibición de la transferencia de tierras a propietarios judíos
  • y el establecimiento de un “gobierno general representativo”

El Alto Comisionado Británico para Palestina, Sir Arthur Wauchope entabló negociaciones con Al Husseini y el Comité, pero con escasos resultados.

Inmediatamente después del inicio de la huelga, comenzó una campaña de terror. Las propiedades judías fueron incendiadas, el ganado matado y los poblados judíos fueron atacados. Bandas de palestinos armados intentaron, en las zonas montañosas atacar los poblados y caravanas de transportes judíos así como a la policía y las unidades militares británicas. Para agosto de 1936 los británicos lanzaron un ataque sobre los insurgentes.

La mayoría de los árabes eran árabes palestinos reclutados por el muftí y sus allegados, pero después fueron llegando voluntarios sirios e iraquíes en un número entre 200 y 300 al mes.

Su líder, Fawzi al-Qawuqji, un amigo cercano y aliado político del muftí, jugó un papel destacado en la revuelta árabe.

Con el paso del tiempo el gobierno del Mandato buscó un intermediario que persuadiera al Alto Comité Supremo Árabe para la finalización de la rebelión. El rey Abdullah de Transjordania fue rechazado por el Supremo Comité pero se aceptó al ministro de exteriores iraquí Nuri as Said. Se prometió una comisión de investigación que escuchara las demandas árabes.

El Alto Comité Supremo Árabe llamó al fin de la huelga el 11 de octubre de 1936 y poco después prevaleció una calma tensa. Habían asesinado a 80 judíos, mientras que las bajas árabes fueron más de 140, la mayoría perpetradas por el ejército británico, que también perdió 33 hombres.

El 18 de mayo de 1936 se había creado una comisión a petición del parlamento británico para informar sobre el conflicto. Lord Robert Peel, ex secretario de estado británico en la India, fue nombrado presidente de ésta. La comisión llegó a Palestina en noviembre de 1936 como resultado de las negociaciones anteriormente reseñadas.

En la declaración de Husseini ante ella éste expresó su reiterada demanda del cese de la inmigración judía y la deportación del 80% de esa comunidad para que volviese a quedar su número en los niveles de preguerra. También la prohibición de la venta de tierras a judíos por parte de propietarios árabes.

Se  elaboró un nuevo libro Blanco que contenía, por primera vez, el proyecto de partición de Palestina en un Estado árabe y un Estado judío, que fue rechazado tanto por sionistas como por árabes. Éstos últimos no sólo rechazaron la partición sino que pidieron el fin del Mandato británico y la creación de un estado árabe independiente en Palestina en su lugar.

Los disturbios se renovaron en septiembre de 1937, dos meses después de la publicación del informe de la Comisión Peel.

Las bandas armadas actuaban a gran escala; sus líderes impusieron un régimen de terror contra los oponentes árabes y los ataques contra los judíos se incrementaron.

En julio de 1937 se envió a la policía británica a arrestar a Al-Husseini por su responsabilidad en la rebelión, pero consiguió eludir la detención escondiéndose en Haram as-Sharif. El muftí permaneció en la mezquita de Omar sabiendo que los británicos no se atreverían a entrar. Allí permaneció tres meses dirigiendo la revuelta.

Después del atentado en el que resultó muerto el comisionado británico para el distrito de Galilea, Lewis Andrews, el gobierno británico actuó con decisión. El 30 de septiembre, dieciocho meses después del inicio de la revuelta, se declaró ilegal el Alto Comité Supremo Árabe y el Muftí y otros líderes tuvieron que abandonar Palestina.

Casi todos los miembros del Comité Árabe fueron deportados a las islas Seychelles, sólo se las arregló para escapar Jamal al-Husseini, que lo hizo a Siria.

Poco después, Al-Husseini, disfrazado de mujer, cubierta su cara con el niqab (el tradicional vestido musulman que cubre completamente la cara dejando únicamente una estrecha franja para los ojos), según otras fuentes disfrazado de beduino, escapó en barco a Beirut, Líbano, el 15 de octubre de 1937, donde reconstituyó el Comité bajo su liderazgo.

Posteriormente marchó a Siria donde residió dos años y desde donde supervisó la revuelta árabe de Palestina.

Para fines de 1938 la Revuelta comenzaba a declinar y para la primavera de 1939, llegó a su fin.

Los árabes de Palestina empezaron a estar cansados de tantos asesinatos e intimidaciones, tanto a judíos como entre árabes. 80 judíos cayeron víctimas de actos de terror durante el período de la huelga, y 415 judíos fueron asesinados durante el período de 1937-1939. Desde el punto de vista militar la Revuelta árabe fracasó pero los árabes palestinos obtuvieron un logro político: el Libro Blanco de 1939.

El 17 de mayo de 1939 el gobierno británico, con Neville Chamberlain como Primer Ministro y Malcom McDonald como Secretario de las Colonias,  publicó el Libro Blanco Mac Donald en el que se revocaba el proyecto de partición y se anunciaba la independencia de Palestina para 1949 como estado unificado en el que judíos y árabes compartirían gobierno, mientras que durante el período de transición el gobierno mandatario se acabaría con la inmigración en un plazo de cinco años, con una cuota de 75000 plazas en esos años  y se controlaría estrictamente la venta de tierras.

En 1940 se redujo drásticamente la inmigración judía y se publicó en febrero un reglamento que limitaba el derecho de los judíos a adquirir tierras, confiando en ganarse las simpatías árabes.

El libro blanco de 1939 estableció una nueva relación entre judíos e ingleses. Los había condenado a un status de minoría permanente en el futuro estado palestino independiente. El movimiento sionista fue conducido a desarrollar su propia fuerza militar, a través de la organización paramilitar de la Haganah (que en hebreo significa defensa), para combatir la resistencia árabe.

En el alba de la Segunda Guerra Mundial, en septiembre de 1939, la Yishuv tuvo un profundo dilema; estaba del lado de Gran Bretaña en su lucha con los nazis de Alemania pero contra Gran Bretaña en su lucha propia en Palestina. Ben Gurion encontró la solución al dilema reflejándolo en su eslogan: “Lucharemos con los británicos contra Hitler como si no existiera el Libro Blanco; lucharemos contra el Libro Blanco como si no hubiera guerra”.

CONTACTOS ÁRABES CON NAZIS

A finales de marzo del 33, poco después del ascenso de Hitler al poder, al-Husseini hizo llegar su deseo de colaboración al Dr. Heinrich Wolf, cónsul general alemán en Jerusalén. Husseini tras la victoria nazi confía a sus discípulos y colaboradores que puede “visualizar un nuevo, radiante  futuro” y  predice ” el advenimiento de una nueva era de libertad para los musulmanes de todo el mundo.”

El 21 de Julio de 1934 el Muftí de Jerusalén da el paso decisivo. Con el objetivo de establecer un estrecho contacto de colaboración con el nazismo, se encuentra con el nuevo cónsul general alemán en Palestina, Döhle. En el curso del encuentro que según él fue “muy cordial y provechoso”, al-Husseini confirma su incondicional apoyo a la Alemania de Hitler, preguntando al diplomático “hasta que punto el Tercer Reich estaba dispuesto a sostener el movimiento árabe contra los judíos”. Habiendo recibido vagas afirmaciones sobre el asunto, en 1936, Amin al Husseini envía algunos de sus colaboradores a Berlín para “producir amigables contactos con los jefes del movimiento nazi”.

Los árabes tenían los mismos enemigos comunes, británicos y judíos. Ello hizo que el acercamiento árabe a los nazis se produjera a lo largo de la década de los años 30. muchos partidos fundados en esta década lo hicieron bajo el modelo fascista. En 1935 tras las leyes antijudías de Nuremberg, telegramas de felicitación llegaron a Alemania desde mundo islámico, especialmente Marruecos y Palestina. Entre el 33 y el 38 fueron fundados partidos políticos como el partido Sirio Popular y la Sociedad de Jóvenes de Egipto, explícitamente antijudíos. El líder del partido nacionalsocialista sírio, Antón Sa´ada, se declaró el führer de la nación síria, y en su bandera ondeaba la esvástica.

La Sociedad de Jóvenes de Egipto, que entre sus miembros se encontraban unos jovencísimos Nasser y Sadat, incluían el objetivo de un gran Egipto imperial que liderara la comunidad musulmana, en el que los extranjeros fueran invitados no los amos, y las compañías así como los trabajadores extranjeros estuvieran en el país con un permiso especial. También distribuyeron propaganda antijudía y organizaron boicots contra la comunidad hebrea.

El emergente nacionalismo, a veces de carácter fascista,  acercaba posiciones entre árabes y nazis.

El primer contacto directo entre un importante oficial nazi y un importante oficial árabe en el Próximo oriente ocurrió en 1936 cuando al-Husseini se encontró en Palestina con Francois Genoud, conocido posteriormente como el banquero suizo del Tercer Reich (fue miembro honorífico de las Waffen SS y condecorado por Hitler).

 

Francois Genoud
Francois Genoud

Durante la guerra le suministró asistencia financiera a Husseini y a su gobierno en el exilio en Berlín, apoyando su propaganda antijudía. Anteriormente en 1935, Husseini había recibido millones de dólares del Conde Galeazzo Ciano, ministro de asuntos exteriores de la Italia fascista.

Conde Galeazzo Ciano
Conde Galeazzo Ciano

En 1937, en los meses que siguieron a la controversia de la Comisión Peel, Reinhard Heydrich (Obergruppenfuehrer de la SA nazi) envió a Adolf Eichmann y su asistente Herbert Hagen a Palestina. Fueron enviados a Jerusalén para intentar sondear el nivel de confiabilidad del Muftì y de sus colaboradores y , eventualmente, encontrar un modo de cooperación más concreto en el plano político militar. Las órdenes de Hitler estaban dirigidas a intensificar las relaciones entre el nazismo y el islamismo radical, pero también de proceder con absoluta cautela. Pues aunque juzgaba que era muy interesante la oportunidad de enganchar al carro nazi un elemento de prestigio como lo era el Gran Muftì, el Führer – que no escondía su desprecio no solo por los judíos, sino por toda la raza semita – no deseaba, al menos por el momento, provocar una crisis mesoriental de consecuencias imprevisibles.

Llegaron el 2 de octubre de 1937 al puerto de Haifa en el Romania. Se entrevistaron con árabes y sionistas.

 

Adolf Eichmann
Adolf Eichmann
Herbert Hagen
Herbert Hagen

La visita con Amin al-Husseini duró menos de 48 horas debido a restricciones británicas. Esta fue la primera de una relación que se prolongaría posteriormente durante los años de la gran guerra. Finalmente, Eichmann ofreció a Husseini la protección de los servicios secretos alemanes y la provisión de dinero, armas, municiones y explosivos a cambio del apoyo en la lucha al lado de Alemania, para destruir al “demonio sionista” pero también para destruir los fundamentos del dominio anglo francés en Medio Oriente. Husseini no opuso ninguna dificultad, declarándose “feliz de cooperar para el triunfo de una justa causa” y prometió hacer lo más posible, convocando también a los líderes de la comunidad musulmana de Siria, Transjordania, Líbano e Irak.

Eichmann también se entrevistó con el agente sionista de la Haganah Feivel Polkes, donde se habló de la posibilidad de aumentar y permitir la inmigración de judíos alemanes a Palestina.

Cuando Eichmann volvió a Alemania, después de una corta parada en el Cairo, informó a sus superiores que la opción de la inmigración de alemanes judíos a Palestina no debía ser una solución por la clara oposición árabe. Destacó la conciencia nacional y racial de éstos  e informó que banderas nazis ondeaban en Palestina y que los árabes adornaban sus casas con esvásticas y fotos de Hitler.

Al-Husseini envió a Berlín a su agente personal, el Dr. Said Imam, que hablaba fluidamente el alemán y había estado en permanente contacto con el consulado alemán en Beirut. Imam llevaba una carta de al-Husseini que declaraba que si Alemania apoyaba al movimiento por la independencia árabe, ideológica y materialmente, entonces al-Husseini prometía diseminar las ideas nacional-socialistas por todo el mundo árabe e islámico, combatiría el comunismo y emplearía en todo ello su máximo empeño. Prometía a los alemanes continuar con los actos de sabotaje y terrorismo en las colonias francesas y en el Mandato británico

En 1938, el almirante nazi Wilhem Canaris, jefe de inteligencia de la Kriegsmarine y la Wehrmacht, Abwehr, había puesto en nómina al muftí en el exilio.

Wilhem Canaris
Wilhem Canaris

Al Husseini servía como agente nazi para los intereses políticos, financieros y militares en el Próximo Oriente. En 1938, según el archivo de Wiesenthal, el nombre en código del Gran Muftí estaba ya registrado en el libro de pagos de la Abwehr II. Hacia fines del mismo año la Abwehr II planifica un programa para enviar a Palestina, naves bajo banderas neutrales, algunas provisiones de armas y municiones destinados a las fuerzas de Husseini. Por motivos de seguridad la carga debía ser desembarcada en un puerto de Arabia, probablemente Gedda. A último momento, sin embargo, las operaciones fueron suspendidas. Se supone que Hitler, ya comprometido en España, con la Legión Cóndor, al lado del general Francisco Franco, y próximo a anexar  Bohemia a Alemania, prefería evitar abrir otro frente con Inglaterra, cuyos servicios secretos, entre otros, estaban ya al tanto de las relaciones entre los nazis y el Gran Muftí.

En septiembre de 1939, a la mañana siguiente de la invasión alemana a Polonia, Amin al Husseini hizo una declaración pública, dando un explícito apoyo al “digno y valiente guerrero Adolf Hitler” incitando “a los musulmanes a tomar las armas al lado de la Alemania nazi”. A comienzos de 1941, desde los micrófonos de una emisora secreta, el Gran Muftí invoca “el derecho de los árabes a resolver el problema judío con la misma modalidad y los mismo medios adoptados por el Führer y lanza una proclama para que todos los musulmanes contribuyan con las armas al triunfo de las fuerzas del Eje”. Pero como todavía no gozaba de la protección alemana y temiendo ser arrestado por los ingleses, el 13 de octubre de 1939, Amin al Husseini decidió huir a Iraq y moverse por cuenta propia, utilizando el dinero que entretanto le había enviado la Abwehr.

 

 

ANTECEDENTES IRAQUÍES

Hasta la Primera Guerra Mundial, Irak era una provincia del Imperio Turco. Sin embargo, el territorio no había sido totalmente controlado por los invasores y tan sólo en las ciudades importantes, Bagdad, Mosul y Basora, contaban con el apoyo de la población de credo sunnita, así como de civiles y militares. Los turcos desconfiaban de la población de la religión mayoritaria chiíta por creer que éstos tenían la misma religión que sus adversarios tradicionales, los persas.

El origen de la dominación social de los suníes sobre los chiitas proviene del mundo beduino. Las tribus árabes beduinas procedentes de los desiertos de Arabia al sedentarizarse en la zona iraquí y dedicarse a la agricultura fueron degradados socialmente y abrazaron el chiísmo a lo largo de los siglos, mientras que los camelleros importantes continuaron siendo nómadas y suníes. Éstos últimos, en lo alto de la escala social,  ejercieron presión a aquellos, por lo que los campesinos fueron convirtiéndose al chiísmo como forma de expresar su rebeldía colectiva.

Las potencias tenían poco interés en la región; preferían otras posesiones turcas. Bagdad era atrasada en comparación con El Cairo o Damasco. Apenas a finales del siglo los ingleses empiezan a prestar atención a la zona, cuando Alemania inicia la construcción del ferrocarril de Bagdad, que la uniría al Golfo Pérsico.

En 1911 se fundó la Turkish Petroleum Company (TPC), que agrupaba intereses alemanes, británicos y holandeses. Un año más tarde obtenía del gobierno otomano todos los yacimientos de petróleo que se encontraran en el subsuelo iraquí.

La Primera Guerra Mundial trae cambios fundamentales en la región. Si bien el nacionalismo árabe ya existía, hasta el momento había grandes diferencias: en Egipto había llegado al poder brevemente durante el siglo XIX; en otras regiones, era patrimonio de notables nacionalistas árabes contra la hegemonía turca. Se populariza el nacionalismo. Además, de independencia se pasa a hablar de unidad árabe, de la Gran Nación Árabe. El liderazgo, sin embargo, se hallaba en familias de notables terratenientes, y por eso dentro de sus planes no está el reformismo social.

Tras los años de la revuelta árabe contra sus jefes turcos (1915-19), Irak pasó a ser Mandato británico en 1920. Las diversas insurrecciones árabes son aplastadas. La yihad de los años 1914-16 encontró su continuación en 1920 contra la atribución del Mandato por parte de la Sociedad de Naciones a los británicos. Las autoridades religiosas chiítas hacían un llamamiento a favor de la creación de un estado iraquí “árabe y musulmán” sin lazos de dependencia de potencias extranjeras. Sin embargo, Inglaterra cede ante las presiones nacionalistas y funda la monarquía de Irak. El emir Faisal, hijo del Cherife de la Meca, pasó a ser rey de Irak bajo amparo del Alto Comisario, sir Percy Cox.

Las autoridades religiosas chiíes lucharon contra la nueva institución que consideraban la perpetuación de la dominación británica y de las élites suníes. El final del proyecto independentista y religioso chiíta acabó con el exilio de su líder Mahdi al-Khalisi en 1923. el movimiento religioso cedió su espacio al partido comunista y a los partidos nacionalistas árabes de confesión chiíta.

La ocupación de Mosul y la decisión de anexionarlo al mandato británico de Irak en 1925 incluyó a los kurdos y con ellos se sucedieron revueltas 1925 y en 1930.

En 1929 se constituye la Iraq Petroleum Company (IPC), que heredaba las acciones de la TPC pero con capital francés en vez de alemán. También participaban los estadounidenses. La IPC velaría en adelante por los intereses angloamericanos.

Luego de establecer un régimen que garantiza los abastecimientos de petróleo, Gran Bretaña ahora puede deshacerse del Mandato y establecer un tratado que todavía lo mantenga. El Tratado Anglo-iraquí le concede a Irak la independencia política formal, pero Gran Bretaña se queda con el control de la política exterior, de la defensa y de la económica a través de bases militares y un sistema de asesores.

 

tratado anglo iraquí
tratado anglo-iraquí 1930

Irak gana la independencia en 1930 y es admitida a la Liga de las Naciones como miembro pleno en 1932. Pero aunque el fin del Mandato le da a la clase gobernante nativa libertad en el interior del país, la autoridad verdadera queda en manos de los británicos.

Los nacionalistas iraquíes se lamentan de que la IPC controla el petróleo iraquí al mismo tiempo que los campesinos y los obreros de las ciudades empobrecen más y más.

 

mapa

 

Todo ello hace que varios políticos y militares iraquíes,  que recientemente habían adquirido poderes estableciendo y derrocando a gobiernos se orientaran hacia la Alemania nazi. Esto se debe en parte a que creen que semejante política libraría a Irak de los odiados británicos, pero hasta cierto punto expresa simpatía política con el fascismo y su manera de usar el anti semitismo, que recibe el ímpetu de la situación en Palestina y la manera en que Gran Bretaña cultiva los financieros judíos en Irak. La situación empeora aún más cuando Hajj Amin al-Husseini aparece en Bagdad en 1939.

Al-Husseini es recibido en Bagdad por masas enfervorecidasque lo aclamaban cómo el héroe panárabe y defensor de la fe, y es bienvenido por los clubs y sociedades nacionalistas.

El ministro Nuri Said, aunque probritánico, le recibió con un banquete de estado, presuntamente para hacer concesiones y aplacar a los críticos de su política a favor de los ingleses. El primer ministro posteriormente declaró que el muftí era un refugiado y que no se le consentiría que tuviera actividades políticas.

Nuri said
Nuri Said

Muy al contrario, desde su llegada, comienza a apoyar al partido nacionalista iraquí de Rashid Alí (que por otra parte controlaba buena parte del ejército) fuertemente opuesto a los ingleses y a los judíos. Y así Mesopotamia se convierte en el banco de pruebas de la organización puesta en pie por el Muftí con los marcos alemanes. Rashid Alí, que está esperando el mejor momento para desencadenar la revuelta antibritánica, acoge a Husseini como un hermano y lo esconde en un refugio secreto, permitiéndole operar en maniobras de propaganda.

rashid ali
Rashid Ali

Entre fines de 1940 y el inicio de 1941, muchos funcionarios iraquíes establecieron relaciones de cooperación secreta con Husseini que, con mucha habilidad, continuamente elude la búsqueda de la policía y del ejército inglés presentes también en Iraq.

Al-Husseini establece el Comité Iraquí de los Siete, que lo componen el General iraquí Rashid Alí el Gaylani y tres de los cuatro generales que posteriormente se conocerán como  el Golden Square. El comité se encontró en primavera de 1941 para planear el golpe de estado que derrocaría a Nuri Said

En su refugio secreto subterráneo (situado parece ser entre Bagdad y Mosul), protegido por los complacientes militares iraquíes, el Muftí lleva una vida muy cómoda. Disponía de un edificio muy bien protegido dotado de líneas telefónicas, de una potente estación de radio, de servicios y de un amplio surtido de armas, municiones, víveres y medicinas. Junto a él trabajaban al menos una docena de fieles colaboradores y disponía además de una guardia personal, casi todos provenientes del ejército iraquí.

Sus más allegados colaboradores eran Jamal Husseini, jefe del staff en Bagdad, el cuál posteriormente encabezaría el partido Árabe de Palestina y el Alto Comité Árabe en ausencia del muftí.

jamal huseini
Jamal Husseini

El consejero legal era Musa Bey Alami, que después de la Segunda  Guerra Mundial dirigió la propaganda árabe en Londres, Washington y Jerusalén. Emil Ghory, secretario del partido Árabe Palestino, oficial de prensa del muftí en Bagdad. Y por último Fauzi el Qauqji, consejero militar y máximo jefe operativo de las revueltas árabes del 36 al 39.

Los militares iraquíes más allegados fueron el ministro de defensa Tahr Pasha el Hashimi y las cuatro jóvenes estrellas del ejército, panarabistas y conocidos como el Golden Square, que eran Kamil Shabib, Fahmi Said, Mahmoud Salman y Salah ed-din Sabbagh.

En abril de 1941, el Movimiento revolucionario de al-Husseini se consolida, comenzando a recibir subvenciones en dinero también de Italia, de Arabia Saudita y Egipto. También el Parlamento iraquí votó para ofrecerle fondos por un valor de casi veinte mil libras. El dos por ciento del salario de cada oficial del gobierno iraquí se transfirió al muftí, los cuáles pudieran provenir de los fondos del servicio secreto. Otros fondos provenían de la Sociedad para la Defensa de Palestina. Sesenta mil libras se recibían  de fuentes alemanas y cuarenta mil de las italianas.

En la primavera de 1941, el 1 de abril, Rashid Alí, apoyado por el ejército nacional y las células de al-Husseini, dio comienzo a la revuelta antibritánica. Rashid Alí obliga al primer ministro iraquí, el filo-inglés Nuri Said Pasha, a presentar su renuncia; luego ordena a sus tropas cerrar los grifos del largo conducto que unían los campos petrolíferos mesopotámicos al puerto de  Haifa y rodear las escasamente vigiladas bases aeronáuticas del ejército inglés.

Se volvió, por lo tanto, en plena Guerra Mundial, esencial sino vital para los ingleses asegurar Basora, el principal puerto de Irak en el Golfo Pérsico. El 18 de abril, un grupo de brigadas enviado por el general Auchinlek, el comandante en jefe de la India, desembarcó allí sin ninguna oposición.

El 30 de abril de 1941, doce días después de los desembarcos británicos iniciales en Basora, el ejército iraquí estableció una fuerza de aproximadamente 6,000 tropas y 30 piezas de artillería en la tierra alta al sur de la base aérea de Habbaniya. Se trasladó un enviado iraquí para exigir que ningún movimiento de tierra o  aire ocurriera en la base. Los británicos rechazaron la demanda y luego ellos mismos exigieron que el ejército iraquí dejara el área inmediatamente. Después de que un ultimátum adicional dado en las horas tempranas del 2 de mayo expirara, los británicos comenzaron a bombardear las tropas iraquíes, por lo que éstos respondieron atacando la base. El 2 de mayo fue la fecha en que se declaró formalmente la guerra a Inglaterra.

Se siguió bombardeando las posiciones iraquíes en la meseta durante cuatro días. Después de una lucha difícil la fuerza iraquí se retiró. En la retirada las dos columnas iraquíes fueron paralizadas y en dos horas se produjeron más de 400 presos y 1000 muertos iraquíes. Durante la mañana del 7 de mayo el reconocimiento británico encontró la meseta desocupada.

El 9 de mayo el Muftí lanza, mediante un mensaje radial, la jihad (la guerra santa) contra Inglaterra, “el gran enemigo del islam”:

“En el nombre de Dios, Poderoso y Misericordioso.
Yo invito a mis hermanos musulmanes de todo el mundo a unirse en la Guerra Santa por Dios, para defender el islam y sus tierras contra su enemigo. Creyentes, responder y obedecer mi llamada. Musulmanes! El orgulloso Irak se ha puesto en la vanguardia de la lucha santa y se ha lanzado contra el más poderoso enemigo del Islam. Ciertamente Dios le concederá la victoria.
Los ingleses han cercado esta tierra árabe y musulmana, pero se han levantado, llenos de dignidad y orgullo para defender su seguridad, para luchar por su honor y salvaguardar su integridad. Irak lucha contra la tiranía la cuál siempre ha tenido el ánimo de destruir el Islam en cualquier tierra. Es el deber de todo musulmán ayudar a Irak en su lucha y buscar cualquier método en la lucha contra el enemigo, el traidor tradicional que sea en cualquier edad y situación.
Quien conozca la historia de Oriente habrá visto la mano inglesa trabajando para la destrucción del Imperio Otomano y para dividir a los países árabes. La política británica hacia los árabes está enmascarada con un velo de hipocresía. Cuando tiene la oportunidad Inglaterra estruja el país subyugado en su garra imperialista, con cualquier excusa. Crea discordia y división entre los países y mientras alimenta ello en secreto, abiertamente asume el rol de benefactora y protectora. El tiempo en que Inglaterra podía decidir sobre nosotros ha pasado. La nación árabe y los musulmanes se han levantado contra la dominación británica. Los ingleses han derrotado el Imperio Otomano, han destruido el liderazgo musulmán en la India, incitando una comunidad contra otra; han aplacado el espíritu egipcio, el sueño de Mohammed Alí, colonizando Egipto media centuria. Han tomado ventaja de la debilidad otomana para tomarnos en sus manos y han usado sus trucos para tomar posesión de muchos países árabes como Adén, los 9 distritos, el Hadramut, Omán, Masqat y los emiratos del golfo pérsico y Transjordania. La viva prueba de los designios imperiales británicos es Palestina,  la infiltración de los judíos, las vergonzosas políticas que dividen los países arabomusulmanes asiáticos de los africanos. En Palestina los ingleses han cometido barbaridades incontables, entre ellas, han profanado la Mezquita de al-Aqsa y han declarado la guerra contra el Islam, de hecho y de palabra. El Primer Ministro le dijo al Parlamento que nunca habría paz mientras el Corán existiese. Que mayor odio contra el Islam es más fuerte que el que declara al sagrado Corán enemigo de la humanidad? ¿puede quedar tal sacrilegio impune?. Después de la disolución del imperio musulmán en la India y del califato otomano, Inglaterra, adhiriéndose a la política de Gladstone, persigue la destrucción del Islam privando de la independencia a los países islámicos, tanto en el este como en el oeste. Los musulmanes que viven bajo el yugo británico, y reclaman su liberación, sobrepasan los 220 millones.
Por lo tanto os invito a vosotros, Hermanos, a uniros en la Guerra por Dios para preservar el Islam, vuestra independencia y vuestras tierras de la agresión inglesa. Os invito a que aportéis vuestro esfuerzo para ayudar a Irak a librarse de la vergüenza que le atormenta. Heroico Irak!, Dios está a tu lado, con los árabes y con el mundo islámico, en esta Guerra Santa!”

El Gran Muftí estaba eufórico, el curso de la guerra parecía que ponía todo a favor de los alemanes y en contra de los británicos, la victoria nazi ondeaba en el horizonte. Habiéndose anexionado Austria, ocupado Bohemia y Moravia y conquistado Francia, Checoslovaquia, Polonia, Noruega, Holanda, Dinamarca, Bélgica, Luxemburgo, Yugoslavia y Grecia, Hitler y el Eje parecían invencibles. 1941 es el año en que Inglaterra, tras haber ganado la batalla aérea en el 40, todavía permanece sola ante Alemania. En la Batalla del Atlántico la “manada de lobos” (submarinos alemanes) habían hecho estragos entre julio del 40 y julio del 41. Rommel estaba a las puertas de Egipto y la imaginación del muftí lo llevaba a las de Damasco y Bagdad, estableciendo la hegemonía nazi en el Próximo Oriente. Todavía no se había lanzado la operación Barbarroja que empantanaría al ejercito alemán en las estepas rusas.

Entre el 10 de mayo y el 12 de mayo llegaron los esperados refuerzos nazis. La Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) aportó 15 Heinkel He-111 y 14 Messerschmitt Bf-110 que llegaron a Mosul, vía bases aéreas de la Francia de Vichy en Siria, y comenzó sus ataques aéreos regulares contra Habbaniya.

El 19 de mayo fue tomada Fallujah por los ingleses. En la batalla los aviones británicos funcionaban sin oposición contra el ejército iraquí. La RAF dominó el aire a pesar de los cazas bimotores y bombarderos medios de la Luftwaffe y por un escuadrón de cazas biplanos de la Fuerza Aérea Real Italiana.

Las fuerzas británicas siguieron adelante hacia Bagdad, donde el gobierno de Rashid Ali se colapsó. El 31 de mayo de 1941, se firmó un armisticio y fueron nombrados el regente original y un gobierno pro-británico.

 

El golpe de estado del Golden Square se reveló muy mal organizado. Quizá porque Rashid Alí y el Muftí no pusieron al corriente de sus intenciones al Abwehr sobre sus movimientos y en segundo lugar porque las fuerzas armadas ítaloalemanas, en guerra contra los ingleses en Grecia, no estaban en posición de intervenir con la necesaria celeridad y penetración en Próximo Oriente. Hitler y Mussolini, de hecho no podían enviar a los iraquíes rebeldes más que una docena de consejeros, no más de medio centenar de aviones de transporte y combate, y, como un aporte del complaciente gobierno francés de Vichy, un solo convoy ferroviario cargado de armas y municiones provenientes de Siria.

Las  palabras del propio Churchill subrayan este hecho; “ De este modo, el plan alemán para provocar una rebelión en Irak y dominar fácilmente esta amplia zona se vio frustrado por un pequeño margen. Evidentemente tenían a su disposición una fuerza aerotransportada que a esas alturas les había proporcionado Siria, Irak y Persia, con sus valiosos yacimientos petrolíferos. Hitler podría haber alargado la mano muy lejos, hasta la India, y haberse acercado a Japón. Sin embargo eligió utilizar y agotar su principal organismo aéreo en otra dirección. No cabe duda de que desaprovechó la oportunidad de coger una buena presa con un coste bajo en Oriente Próximo”.

Para completar el fracaso, se vio luego que el comando del ejército iraquí, evidentemente inepto, no se arriesgó a eliminar a los pocos oficiales ingleses que en el período de diez días fueron socorridos por un fuerte cuerpo expedicionario proveniente de Egipto y de la India. Consolidada nuevamente su presencia en el  territorio mesopotámico, los ingleses sofocaron la revuelta nacionalista iraquí y obligaron a Rashid Alí y al Muftí a huir.

Pese a la presencia del regente y de la finalización del golpe militar, el 1 de junio de 1941 se produce un progrom contra judíos iraquíes conocido como Fahud, en el que murieron 600 judíos y se saquearon tiendas y viviendas de sus propiedades. Un comité de investigación implicó más tarde a al-Husseini como instigador. En un artículo llamado La quinta columna al-Husseini escribió de los judíos de Irak:

“La quinta columna tiene gran influencia en la derrota del movimiento iraquí, y está formada por varios elementos, los más importantes los judíos de Irak. Durante la lucha, George Antonius (cristiano árabe nacionalista) me dijo que los empleados judíos del departamento de telefonía grabaron importantes conversaciones oficiales y las pasaron a la embajada británica en Bagdad. Los trabajadores judíos en correos y telégrafos también lo hicieron.”

 

EL MUFTÍ DE JERUSALÉN EN IRÁN

Al-Husseini, cercado por los británicos, se arriesgó a ir hacia el norte del país de donde gracias al dinero y la ayuda de los rebeldes musulmanes, pasó a Irán. El muftí llegó a Teherán el 1 de junio de 1941 y fue bien recibido por el pro-nazi Shah Reza Pahlavi. Se instaló en la embajada alemana.

Su refugio persa duró cuatro meses, hasta el derrocamiento del Shah. Con la Francia de Vichy expulsada de Siria y neutralizado el golpe de estado de Rashid Alí de Iraq, Teherán era el último reducto de influencia del Eje en el Próximo Oriente. Cuando Rusia entra en guerra se le da un ultimátum al Shah para que tome partido al lado de Inglaterra y Rusia. El Shah lo rechaza.

Con movimientos simultáneos, tropas británicas desde el oeste y soviéticas desde el norte llegaron a Irán y arrestaron a los ministros pro-nazis del gobierno. Reemplazaron al Shah por su jóven hijo que inmediatamente cortó relaciones con las fuerzas del Eje. El muftí se refugió unos días en la embajada italiana y posteriormente en la japonesa, país que todavía no había entrado en guerra. Desde su santuario en la embajada japonesa de Teherán el muftí tomó de nuevo su mensaje contra británicos y judíos. Muchos judíos de Irán abandonaron el país rumbo a Turquía por miedo a represalias como las cometidas contra los judíos iraquíes.

Winston Churchill, informado de la presencia del muftí en Teherán dio orden de su captura. El 3 de septiembre Churchill telegrafió al ministro británico en Teherán, Sir Reader Bullard: “el hecho de que el Muftí haya escapado de la vigilancia persa es muy lamentable. Su captura, vivo o muerto, es un objetivo importante, el cuál el gobierno persa debería conocer.” En una carta posterior al Secretario Británico de exteriores Anthony Eden, Churchill escribió: “Entiendo que se han tomado todas las medidas para prevenir su huída. Haga lo posible para evitarla”.

Con este acoso británico el Muftí tuvo que huir a Turquía. En Estambul, Amin al Husseini se puso en contacto con algunos agentes alemanes que le ayudaron a refugiarse en Alemania vía Italia.

La noche del 11 de octubre, viajando de incógnito, con la barba afeitada y el pelo corto, en posesión de un pasaporte italiano, el muftí voló a Italia en un avión de las fuerzas aéreas italianas enviado por el Duce.

Su estancia italiana la pasó como invitado de honor del régimen fascista, teniendo a su disposición una lujosa villa en Roma, sirvientes y guardaespaldas, coche oficial y escolta policial motorizada. Todos sus gastos corrieron a cargo del gobierno.

El 27 de octubre  se entrevista con Benito Mussolini en audiencia privada. El Duce lo recibió cordialmente. Enseguida le mostró su acuerdo en formar un gobierno palestino árabe independiente y le ofreció apoyo militar contra los británicos. Le subrayó su desacuerdo con el sionismo y su creencia en que los judíos no tenían derechos históricos sobre la tierra palestina. Le dijo que si querían formar un estado que establecieran Tel Aviv en América.

El muftí anotó en su diario la satisfacción con el encuentro y sus acuerdos en materias como el sionismo y los judíos.

Cuando partió de Roma el 6 de noviembre tenía un firme acuerdo con uno de los líderes más importantes del Eje.

 

 

EL MUFTÍ DE JERUSALÉN EN ALEMANIA

La noche del 9 de noviembre de 1941, el Muftí llega a Berlín, donde es recibido por Eichmann. Este le lleva a las oficinas de asuntos políticos donde fue interrogado por algunos altos oficiales de las SS sobre el fracaso del Golden Square. Husseini no tiene ningún problema en adjudicar toda la culpa del desastre a la  “quinta columna judía que operaba en Iraq“, sosteniendo que un apoyo más concreto y solícito por parte de las fuerzas del Eje, habría evitado, probablemente, el grave desastre. La poco feliz observación del Muftí irritó no poco a los alemanes, arriesgando la posibilidad de futuros planes de colaboración árabe-nazi. No obstante, Eichmann convence al Führer de la necesidad de continuar  brindando confianza y apoyo a estos aliados.

Este apoyo durará toda la estancia del Muftí en Berlín, es decir, de noviembre de 1941 a mayo de 1945.

En Berlín el Muftí encuentra a varios camaradas árabes de actividades subversivas en Palestina, Siria e Irak, ahora refugiados en Alemania. Rashid Alí entre ellos. Se le da una gran recepción de bienvenida en el “Islamische Zentralinstitut”, instituto nazi-islámico, atendido por sus colegas en el exilio y en el que se le obsequió con el título de Führer del mundo árabe.

Se aloja en una lujosa casa, confiscada a un judío, en la calle Klopstock, proporcionada por el gobierno alemán. La casa había sido hasta 1939 una escuela hebrea sionista y ahora el Muftí la rebautizaría como el Instituto de Investigación del Problema Judío en el Mundo Musulmán.

Se le ofrece un equipo completo de sirvientes, una limousine Mercedes, diez mil dólares mensuales, suites en 2 de los más lujosos hoteles berlineses y cuatro residencias más.

El 20 de noviembre de 1941 el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joachim von Ribbentrop, recibe al Gran Muftì, y en aquel encuentro se pusieron las bases para la posterior entrevista con Hitler.

ribbentrop
Ribbentrop

El 28 de noviembre de 1941 se produjo el gran esperado encuentro  entre el Gran Muftì y Adolf Hitler que duró casi una hora y media. Hitler le recibió con los honores de jefe de estado.

 

La entrevista del Muftí de Jerusalén y Hitler

(fuente: Documents on German Foreign Policy 1918-1945, Series D, Vol XIII, London 1964, pp.881 ff.  German Chancellor Adolf Hitler and Grand Mufti Haj Amin al-Husseini in the presence of Reich Foreign Minister and Minister Grobba in Berlin)

hajj amin al husseini y hitler

El Gran Muftí empezó agradeciendo a Hitler el que le hubiera recibido, también agradeció su apoyo a los árabes y en especial a la causa palestina, y que ello lo hiciera en discursos públicos. Los países árabes estaban convencidos de la victoria alemana y que la causa árabe, por tanto, prosperaría. Los árabes y alemanes eran amigos naturales pues tenían enemigos comunes, como los ingleses, judíos y comunistas. Ellos cooperarían con los alemanes en el esfuerzo bélico con todo su corazón, no solamente cometiendo actos de sabotaje e instigando el levantamiento, sino en la formación de una Legión árabe (la Freies Arabien). Los árabes eran unos valiosos aliados, más de lo que pudiera parecer a primera vista, por razones geográficas y por lo que habían sufrido a manos de judíos y británicos. La Legión árabe no sería fácil de levantar. Una llamada del Muftí a los países árabes , a los prisioneros, a los de nacionalidad árabe, argelina, tunecinos y marroquíes en Alemania, produciría un gran número de alistamientos de voluntarios. Estaba convencido de la victoria alemana no sólo porque tuviera el mejor ejército y los soldados más valientes, sino porque una victoria de una causa injusta no sería permitida por el Todopoderoso. Los árabes lucharían por la unidad de Palestina, Siria e Irak.

El Muftí mencionó la carta que había recibido de Alemania, que recordaba que este país nunca había conquistado territorios árabes y que se solidarizaba con la causa de éstos, reconociendo sus aspiraciones a la independencia y libertad, además de no reconocer el hogar nacional judío. Una declaración semejante era muy útil para la propaganda de apoyo hacia los alemanes y levantaría a los árabes de su letargo y les renovaría el coraje. Ellos pacientemente, una vez organizados, esperarían las órdenes de Berlín.

También le comentó al führer que los turcos verían bien el establecimiento de una gran nación árabe, pues lo preferirían a tener como vecinos a unas colonias europeas. Además no podrían temer nada a una nación de poco más de un millón y medio de árabes siendo ellos casi 7 millones. Francia tampoco debía dar problemas pues ya había concedido la independencia a Siria en 1936 y habían dado su aprobación a la unión con Irak bajo Faisal en 1933.

Por todo ello rogaba a Hitler que hiciera una declaración pública para que los árabes no perdieran la esperanza y no acabaran entregándose a los británicos.

El Führer le respondió que la actitud alemana era clara, como ya había afirmado el muftí. Estaban comprometidos en una guerra contra los judíos, lo que incluye una oposición al Hogar Nacional.

Alemania también tenía conocimiento de que los judíos decían que eran los pioneros económicos en aquella tierra y que esa afirmación era una mentira. Alemania se comprometía a buscar una solución sobre el problema judío con los países europeos y de otros continentes. Alemania estaba en guerra a vida o muerte con dos fortalezas del poder judío, Gran Bretaña y la Unión Soviética. Los alemanes y árabes estaban en la misma lucha.

La ayuda a los árabes sería con aportación material. No debía volver a ocurrir lo de Irak, pues la poca ayuda con que contó el país se debió a circunstancias que no permitieron un apoyo más efectivo y práctico, y acabó en manos británicas, es decir, en feudo judío. En esta lucha titánica se ha de dar lo máximo posible y se ha de dejar a un lado cualquier cosa que les pudiera debilitar.

Alemania estaba en aquel momento en diferentes batallas para forzar el paso a la región del norte del Caucaso. Las dificultades fueron sobre todo en materia de intendencia, pues era difícil mantener los suministros por la destrucción de las líneas férreas y el peligro de la llegada del invierno. Si en aquel momento Hitler levantara una rebelión en Siria con una declaración que favoreciera al nacionalismo, ello podría implicar que Francia lo recibiera como un peligro para todos sus territorios coloniales y les llevara a entregarse más al lado británico. Ese panorama crearía un nuevo frente de problemas que no eran bien recibidos en ese momento delicado, pues se daba prioridad al frente del este.

El Führer le hizo una promesa al Muftí, animándole a que la mantuviera siempre presente. Le dijo que llevaría una guerra de total destrucción al imperio judío comunista en Europa. Que en algún momento, no posible de calcular entonces, el ejército alemán en el curso de esa batalla alcanzaría la salida hacia el sur de Caucasia. Tan pronto como eso sucediese habría llegado el momento de liberación del pueblo árabe. Los alemanes entonces destruirían a los judíos bajo la protección británica de Oriente Próximo. En ese momento el Muftí sería el líder de las masas árabes. Sería su función el prepararse para ese momento. Cuando ese tiempo llegara, los alemanes ya serían indiferentes ante las reacciones surgidas por una declaración como la que perseguía el Muftí.

Una vez que Alemania hubiera forzado un paso hacia Irán e Irak desde Rostov, eso sería el principio del fin del Imperio Británico. El Führer esperaba esa puerta hacia oriente medio al año siguiente. Por el bien de la causa común le pedía al Muftí que esa declaración fuera pospuesta unos meses.

El Gran Muftí le respondió que estaba de acuerdo y que estaba satisfecho por las palabras que había escuchado del jefe del estado alemán. Le agradeció el interés mostrado por la causa árabe.

Amin al Husseini, un tanto decepcionado, debía conformarse por el momento. “En espera de la conquista por parte de los aliados italoalemanes del frente egipcio y caucásico –anotó en su diario– a los musulmanes no les corresponde más que ponerse a disposición de Alemania, participando de la destrucción de los sionistas en Europa”.

El 28 de abril de 1942 les fue enviada una carta al Muftí y a Rashid Alí al-Gaylani. En ambas cartas se confirmaban algunos aspectos de la anterior entrevista.

hitler y Rashid ali
Hitler y Rashid Alí

La carta era del Ministro de Exteriores Alemán Joachim von Ribbontrop y el Conde Galeazzo Ciano.

En repuesta de su carta y de la comunicación que la acompañaba de Su Excelencia, Primer Ministro Rashid Ali El Gailani, confirmando los términos de nuestra conversación, tengo el honor de informarle:

El Gobierno Alemán le aprecia la confidencia del apoyo árabe a las fuerzas del Eje en su ánimo, determinación en la lucha contra el enemigo común hasta que la victoria sea alcanzada. El gobierno alemán entiende completamente las aspiraciones nacionales de los países árabes como les he expresado a los dos y con gran simpatía por las gentes que sufren la opresión británica.

Tengo el honor de asegurarles, en completo acuerdo con el gobierno italiano, que la independencia y la libertad de los sufridos países árabes en la actualidad bajo opresión británica, es un objetivo para el gobierno alemán.

Alemania está preparada para apoyarles en su lucha contra el dominio británico, para el establecimiento de la independencia nacional y soberanía de sus estados y la destrucción del Hogar Nacional judío en Palestina.

Como previo acuerdo, el contenido de esta carta será mantenido en absoluto secreto hasta que decidamos.

Con mi más alta estima y consideración.

(firmado)    Ribbentrop

Para contentar a Husseini, en 1942 los alemanes lo pusieron al frente de la dirección de la Oficina Árabe: un ente controlado por las SS del cual se esperaba que cumpliese con la tarea de hacer propaganda antisemita y favorecer el enrolamiento de musulmanes en la Legión Árabe, de la que se ha dicho que fue constituida por Himmler expresamente para cooptar elementos bosnios y albaneses.

Esta oficina, la “Buro der Grossmufti”, se organizó en 4 secciones de la siguiente manera:

A) Sección de propaganda radiada a través de emisoras de la Alemania nazi.<

B) Sección de actividades de espionaje y quintas columnas en las regiones musulmanas de Europa y Oriente Medio.

C) Sección de formaciones de Waffen-SS musulmanes y unidades de la Wermachten Bosnia-Herzegovina, Kosovo-Metohija, Macedonia Occidental, África del Norte y en las áreas ocupadas por los nazis en la Unión Soviética.

D) Sección de formación en escuelas y centros para los jóvenes imanes y Mullahs que acompañarían a las unidades de las Waffen-SS y Wermacht.

Situado no lejos de Berlín, el cuartel general del Muftí, controlaba una extensa red de colaboradores tanto en Europa como en el resto del mundo. Esto de hecho extendía su autoridad a todo el Oriente Próximo y  Medio y al Norte de África, pero también sobre regiones asiáticas más lejanas habitadas por minorías islámicas. Entre 1942 y 1944, el Gran Muftí trabajó intensamente, obteniendo el enrolamiento en la Legión Árabe y en las Divisiones Waffen SS de muchos hombres. Gracias a su reiterativa propaganda, trasmitida por potentes estaciones de radio puestas a su disposición por los alemanes y mediante viajes frecuentes, decenas de millares de musulmanes balcánicos fueron a formar parte de las nuevas divisiones de Himmler.

 

 

EMISIONES DE RADIO DEL MUFTÍ

Desde la Oficina Árabe en Berlín, el Muftí estaba preparado para emitir diariamente mensajes radiados. Todas las emisoras de los alemanes y del Eje fueron puestas a su disposición y programas de radio en árabe se emitieron diariamente hacia los países de población musulmana. Con la supervisión de Joseph Goebbels, el Ministro de propaganda del Tercer Reich, el Muftí organizó y planeó emisiones de propaganda nazi a través del mundo árabe. Estas emisiones fueron vitales para mantener vivo el espíritu nacionalista a través de la presencia audible del Muftí, a pesar de la separación física.

mufti jerusalen en alemania Hajj Amin al Husseini

Con ellos alcanzó y amplió su personal red política en apoyo al esfuerzo bélico germano.

Mucha propaganda que emitió fue directamente contra los británicos. Desde diciembre de 1941, los árabes de Siria, Líbano, Palestina, Irak y Egipto fueron llamados, en el nombre del sagrado Corán y por el honor del Islam, a sabotear líneas petrolíferas, férreas, volar puentes o carreteras de comunicación, atacar tropas británicas, destruir su intendencia y confundirles con falsos mensajes e información. Les conminaba a hacerlo para que lograran la eterna salvación. Les demandaba que estuvieran preparados para el momento en que los alemanes les liberasen y llamaba a matar a los judíos infieles que vivieran en sus países. El Muftí también mandó mensajes similares a los musulmanes de la India para que se rebelaran contra los británicos.

En febrero de 1942 se les requirió el permiso a los japoneses para que las emisiones llegasen a las áreas musulmanas del Sur del Pacífico.

Muchas veces compartió micrófono con Rashid Alí al-Gaylani. Por ejemplo en mayo de 1942, en que se recordaba el aniversario del golpe de estado en Irak:

“Nuestra celebración de hoy es en honor del glorioso aniversario del movimiento del gobierno, ejército y nación iraquí contra la agresión británica. Hoy recordamos a los mártires que cayeron en el frente iraquí. Hoy recordamos a nuestros patriotas que hicieron frente a la Tiranía.
El ataque británico a Irak no fue llevado por fallos políticos de Rashid Alí. Fue llevado como parte de un plan para tomar Irak y transformarla en una base británica en Próximo Oriente. Querían asegurar la línea de comunicación de los campos petrolíferos y fortalecer su posición política y militar. Planeaban penetrar en Persia. Fueron dadas excusas y trucos para ocultar el verdadero motivo y trasladar su culpa a otros. Típico de la conducta británica.
 Realmente vieron en Rashid Alí y sus compañeros un obstáculo en sus deseos. Usaron sus métodos políticos pero nuestros patriotas rehusaron, no quisieron jugar con la independencia de Irak. Así que los británicos decidieron librarse de ellos y ocupar el país.
El tratado con Irak no es el único que han violado los británicos, también lo han hecho con Egipto, India y otros países islámicos. Hoy nos acordamos de todos lo que están en campos de concentración, prisión o exilio. Aquellos que han sido muertos o heridos  por la causa árabe. Con esta conmemoración nuestra determinación es renovada para continuar la lucha y mantener la paciencia contra las dificultades que vengan. La victoria es nuestra. Los árabes siempre hemos llevado la carga, los británicos y judíos han hecho lo que han querido. Hoy nos oponemos a ellos cuando están siendo atacados por poderosos países amigos. La sangre árabe no va a ser derramada en vano. Es un alto precio, pero los que piden más se han de sacrificar más. Los musulmanes tendremos la victoria. El amanecer  no está lejos.”

Una semana después condenaban a muerte a tres líderes militares del Golden Square, y el Muftí radiaba desde la poderosa estación de Bari a las 12 horas del 10de mayo:

Árabes, levantaos y vengar vuestros mártires. Vengar vuestro honor. Pelear por la independencia. Yo, el Muftí de Palestina, declaro esta guerra como una Guerra Santa contra el yugo británico de la injusticia, indecencia y tiranía. No tememos a la muerte si en la muerte está la libertad y la vida.
La sangre de nuestros mártires fue derramada por el Islam y por un país árabe. Ellos serán inmortales en el corazón y la historia de los árabes.

Una de las citas más recordadas por el Muftí en sus emisiones fue:

Levantaos hijos de Arabia, luchad por vuestros sagrados derechos. Matad judíos donde se encuentren. Su sangre derramada complace a Allah, a nuestra historia y religión. Eso salvará nuestro honor.

Al-Husseini también transmitía hacia la Rusia ocupada donde exhortaba a los musulmanes nativos, incluyendo tártaros de Crimea y Chechenos, a juntar fuerzas con los nazis y prepararse para la liberación de su patria árabe.

Los nativos respondieron alistándose en las brigadas conocidas como Einsatzgruppen. En estas emisiones el Muftí se refería a los musulmanes del Este como la “crema del Islam”. En todos estos comunicados el Muftí tuvo cuidado de no asociar nazismo con el Islam y siempre expresó el deseo de la solidaridad entre ambos movimientos.

Tampoco se olvidaba de los musulmanes americanos, nadie podría haber creído, -decía- que 140 millones de americanos serían simples herramientas en manos judías… Cómo los americanos se atreven a judaizar Palestina?.

Generalmente las emisiones se repetían en sus mensajes en contra de los británicos, comunistas y sobre todo, contra los judíos. Quizá su emisión más polémica fuera la de septiembre de 1944, en cuanto a un dato confuso, o quizá clarificador, y que pudiera implicarle en la “Solución Final” o exterminio de los judíos, al menos en su conocimiento. En esa transmisión el Muftí habló de “los once millones de judíos en el mundo”. El Muftí sabía en 1939 que habían 17 millones de judíos en el mundo. Ello pudiera ser la prueba de que al-Husseini conocía las dimensiones del Holocausto, así por lo menos lo asevera el historiador israelí contemporáneo del Muftí, Moshe Pearlman. Nadie fuera de Alemania conocía en aquellos momentos la escala de exterminio judío. Era conocido antes de la guerra el número de judíos en el mundo, lo era conocido sobretodo por al-Husseini, muy interesado en los judíos durante toda su vida. Se dijo que fue un error de dicción o de transcripción, fuera lo que fuese se aproximó al número de judíos exterminados en el Holocausto, es decir, más de 5 millones, cifra sólo conocida en aquellos momentos por Hitler, Himmler y Eichmann.

 

 

ESPÍAS, SABOTEADORES Y PARACAIDISTAS

La propaganda radiofónica fue quizá la actividad más importante de Hajj Amin al-Husseini, pero no la única. Su actividad en el espionaje en Medio Oriente fue bastante importante. Su principal función fue la de mantener informados a los alemanes de las disposiciones y movimientos de las tropas británicas en los países árabes.

Los grupos de contrabando y agencias encargadas de introducir los panfletos de propaganda en Medio Oriente, en el camino de vuelta aprovechaban para hacer llegar documentos secretos británicos e información militar valiosa al Muftí en Alemania.

En cada país del Próximo Oriente operaban secretamente radiotransmisores que reportaban diariamente a Berlín.

Varios espías del Muftí fueron hechos prisioneros y ejecutados por las tropas británicas.

Hacia finales de 1943 tanto alemanes como británicos enviaban paracaidistas, o comandos, que operaban tras las líneas enemigas, saboteando, recogiendo información o cualquier otra misión secreta que se les asignase. Judíos palestinos habían sido enviados en saltos de paracaídas tras las líneas germanas en Europa. Al-Husseini también estaba ansioso en mostrar que él también era capaz de organizar una unidad de comandos que operasen en  Medio Oriente.

Atenas se eligió como central de operaciones ya que era la capital controlada por el Eje más cercana a Medio Oriente. Se construyó un poderoso transmisor de radio que sirvió no sólo para radiar propaganda sino como centro para dar instrucciones de los sabotajes. Hajj Amin realizó diferentes visitas de inspección a Atenas, aprovechando la estancia para emitir desde esa ciudad.

Al-Husseini dirigió grupos de paracaidistas que actuaron desde finales de 1944, con áreas de operación que cubrían Siria, Irak, Palestina y Egipto. Las operaciones llevadas a cabo por estos paracaidistas no tuvieron unos efectos significativos. Un grupo de ellos intentó atacar con armas químicas. Cinco paracaidistas, con mapas de Tel Aviv y recipientes que contenían un polvo blanco fabricado en Alemania, tenían instrucciones de depositar el polvo en los pozos de Tel Aviv. Los infiltrados fueron hechos prisioneros en una cueva cerca de Jericó. Según Fayiz Bey Idrissi, comandante de la policía, el laboratorio informó que cada contenedor almacenaba suficiente veneno como para matar a 25.000 personas y había al menos diez contenedores.

 

 

RECLUTAMIENTO DE BRIGADAS HANZAR 

BRIGADAS HANZAR 

A principios del siglo XX, el Imperio Austro-Húngaro introdujo formaciones militares compuestas exclusivamente por musulmanes después de la anexión de Bosnia Herzegovina a los turcos otomanos. Mucha población de los Balcanes se había convertido al Islam bajo el dominio otomano, principalmente en Albania y Bosnia.

Las brigadas musulmanas establecidas por los austriacos mostraron estar compuestas por fieros y bravos guerreros. Inmediatamente tras la ocupación nazi de los Balcanes en 1941, fue creada una unidad musulmana llamada Deutsch-Arabishe Lehrabteilung (DAL), que inmediatamente empezó a operar en la Grecia ocupada.

Al-Husseini se refirió a la DAL como la Fuerza de Liberación Árabe y la unidad fue transferida posteriormente al frente ruso, en 1942, en anticipación a la victoria en el Caucaso y a la conquista de la madre patria a los ingleses. La unidad llevaba la inscripción “Arabia Libre” en las mangas.

Himmler encargó a al-Husseini el reclutamiento de musulmanes a unidades de élite que sirvieran en los Balcanes, Rusia, África del norte y Medio Oriente. Fueron establecidas divisiones nazi-musulmanas en la Waffen SS y unidades musulmanas sirviendo directamente bajo la Wehrmacht. Aproximadamente 100.000 musulmanes fueron reclutados y lucharon al lado de Alemania durante la Gran Guerra.

Fueron creadas diferentes divisiones y formaciones, incluyendo:

– Dos divisiones Waffen SS bosnio-musulmanas (13ª Waffen-Gebirgs-Division de las SS “Handschar” y la 23. Waffen-Gebirgs-Division de las SS “Kama”).
– Una división Waffen SS albanesa en Kosovo y oeste de Macedonia
– La 21ª división Waffen Gebirgs der SS Skanderberg regimiento de defensa en la región musulmana de Rasca de Serbia.
– La Legión Árabe (Arabisches Freiheitskorps). Unidad que el Muftí consideraba como el elemento constituyente de su futuro ejército.
– La Brigada Árabe (en respuesta a la creación de la Brigada Judía creada por los británicos en Palestina).
– La Ostmusselmanische SS-Regiment.
– La Ostturkischen Waffen Verband der SS (compuesta por turcos).
– La Waffengruppe der SS Krim (chechenos).
– El Regimiento Tártaro (tártaros de Crimea).

Además de estos se formaron otros en Bosnia y los Balcanes, áreas ocupadas de la URSS y África del Norte.

Después de la invasión alemana y la ocupación de Yugoslavia, el 10 de Abril de 1941 Slavko Kvatenik proclamó la creación del Estado independiente de Croacia, Nezavisna Dozava Hrvatska (NDH), Croacia Mayor y Velika Hrvatska. El NDH consistía en los territorios de Croacia, Bosnia-Herzegovina, partes de Serbia y era un estado marioneta nazi-fascista creado por Adolf Hitler y Benito Mussolini y gobernado por los Ustashi (insurgentes), nacionalistas croatas católicos y musulmanes bosnios. El NDH emprendió un masivo y sistemático programa de genocidio y limpieza étnica contra las poblaciones serbias ortodoxas, las poblaciones judías y gitanos.
La doctrina del régimen Ustasha estaba basada en los preceptos racistas del nacionalista croata Ante Starcevic, del siglo XIX, considerado como el padre creador de su País que proclamaba la exterminación de los serbios en Croacia y Bosnia, “una raza apta para el matadero”. El presidente del NDH fue Ante Pavelic, nacido en Bosnia-Herzegovina y el Vicepresidente desde Noviembre de 1941 hasta Abril de 1945 fue Dzafer Kulenovic, un musulmán bosnio nacido en Bihac.

En 1941, no menos de 50.000 musulmanes de varias regiones integraban varias divisiones de las SS y divisiones especiales alemanas.

Los Soldados bosnio-musulmanes se formaron en las unidades de la Legión Ustasha que serían la 369, 373 y 392 Divisiones de Infantería. La 369º División de Infantería croata-alemana se formo en 1942 y era conocida como la División “Diablo” comandada por el Generalleutnant Fritz Neidholt. La 373º División de Infantería croata-alemana se la conocía como la División “Tigre” y la 392º División como “Plava Divizija” o “División Azul”. El 369º Regimiento de Infantería croata reforzado, compuesto por croatas y musulmanes bosnios luchó en Stalingrado donde fueron destruidos.
Los musulmanes bosnios también se formaron en unidades puras, la más importante fue la MVL (Legión Voluntaria Musulmana) liderada por Mohammed Hadzieffendic. Otras formaciones musulmanas serían los “Zeleni Kader” (cuadros verdes), creada por desertores de la Guardia Territorial (Domobranci) dirigida por Neshad Topcic, grupo Musulmán nacionalista, Juventud Musulmana (Mladi Muslimani) y las milicias Gorazde-Foca (unidades de policía). Alija Izetbegovic fue el miembro clave del grupo de los musulmanes jóvenes (Mladi Muslimani).

En 1943 Gottlob Berger ordenó al partido Ustacha que pasara sus tropas musulmanas a al-Husseini y la nueva formación de Brigadas Hanzar de Bosnia.

Llevaban el mismo uniforme que el resto de unidades SS, pero como signo distintivo usaban el fez en la cabeza y también utilizaban emblemas con el dibujo de una cimitarra islámica asida por un puño y flanqueada por la esvástica.

Es de resaltar que no obstante el desprecio personal que Himmler profesaba hacia todas las religiones, concedió a los voluntarios musulmanes de las dos divisiones la posibilidad de mantener una dieta especial vinculada a los preceptos musulmanes, de rezar públicamente según los rituales observados por ellos y la autorización para festejar y observar las fiestas y ayunos impuestos por el Corán, así como su derecho a no comer cerdo ni beber alcohol. Ello fue requerido a los comandantes y oficiales de la SS para que guardaran escrupuloso y leal respeto de estos privilegios garantizados a los musulmanes. También estableció una escuela militar para mullahs en Dresden. En una carta a Joseph Goebbels expresó su visión del Islam: “No tengo nada en contra del Islam porque educa a los hombres de esta división por mí y les promete el cielo si luchan o son muertos en combate. Es una religión atractiva y práctica para los soldados.”

Esta unidad, conocida rápidamente por su ferocidad, fue empleada en los Balcanes en acciones contra los partisanos del Mariscal Tito además de otras guerrillas pro aliadas y en la búsqueda de judíos y gitanos.

El 10 de febrero se les dio órdenes de deportar a los serbios de Bosnia y a los judíos croatas a Auschwitz. El campo de concentración más grande que servía como estación para el traslado era el campo de Kruscica, cerca de Travnik, que fue establecido entre abril y mayo de 1941.

En Abril de 1943, el Gran Muftí se desplazó hasta Sarajevo, donde fue recibido por el Poglavnik (Presidente) Ante Pavelic. Fue aclamado por las muchedumbres y fotografiado en el balcón de la Presidencia con destacados líderes bosnio-musulmanes. Con la intención de organizar la formación de las Divisiones SS musulmanas, habló con el prominente líder bosnio-musulmán Uzeiraga Hadzihasanovic y se dirigió a los musulmanes desde la Gran Mezquita para que ingresaran en las Divisiones SS. Visitó las mezquitas de la ciudad y pasó revista a las tropas musulmanas Waffen SS. Las fotografías del Muftí pasando revista se publicaron en el Berliner Illustrierte Zeitung y en otras publicaciones. Una de ellas fue en la cubierta de la popular revista Wiener Illustrierte el 12 enero de 1944.

muftí jerusalén y ss alemanes. Hajj Amin al Husseini

 

Para aumentar el éxito de los alistamientos, el Muftí publicó un libro llamado Islam y los judíos, que fue distribuido entre las tropas bosnias SS.

Estas tropas son responsables de acabar con el 90% de los judíos de la zona  durante la Guerra (12600 de 14000 judíos).

soldados alemanes musulmanes

 

El objetivo de Himmler era crear dos Cuerpos territoriales, uno en Bosnia y otro en Albania. Estos dos Cuerpos, junto a la División Prinz Eugen, formarían un ejército de cinco divisiones SS de montaña y son el objetivo para 1944.

hajj amin al husseini muftí jerusalén y ss alemanesmuftí jerusalén y ss alemanes. Hajj Amin al Husseini

 

Los musulmanes bosnios formaron dos Divisiones SS, la 13ª Waffen-Gebirgs-Division de las SS “Handschar” y la 23. Waffen-Gebirgs-Division de las SS “Kama”. Durante la guerra, el Reichsführer-SS Heinrich Himmler examinó a la división Hanzar mientras ésta se formaba y entrenaba en la región de Silesia en el campamento de entrenamiento de las SS Neuhammer en Alemania. Los bosnios musulmanes tenían aproximadamente de 20.000 a 25.000 hombres en las SS y policía, aproximadamente el 4% de su población total, una de las proporciones más altas de ingreso en las filas de las SS durante la guerra.

Las fuerzas musulmanas bosnias en la 13. y 23. Waffen-SS divisiones llevaban puesto un fez verde de campaña, mientras los oficiales lo llevaban de color rojo o granate. En el fez mismo aparecía la “Totenkopf” (calavera de la muerte), la insignia de las SS y el Hoheitszeichen (águila blanca o de plata con la svástica nazi). Las divisiones fueron organizadas a la manera que los regimientos musulmanes bosnios del Ejército Austro-húngaro.

ss musulmanesss musulmanes

 

Oficialmente la designación de la división Hanzar era 13ª Waffen Gebirgs division de las SS, aunque esta división fue conocida mientras estaba bajo el mando del SS-Standartenführer Herbert von Obwurzer por otros nombres como: “Kroatische SS-Freiwilligen Division”, SS Div.BH, Muselmanen Division, 13.SS-Bosniaken-Gebirgs-Division o Bosnisch-Herzegowinische SS Gebirgsdivision Kroatieni.

Estas dos divisiones SS musulmanas fueron concebidas como fuerzas armadas del protectorado nazi que los musulmanes procuraron crear para Bosnia-Herzegovina.

Adolf Hitler pidió la creación de la división Hanzar para el 10 de Febrero de 1943 y esta seria mandada por el SS-Brigaderführer y General Mayor de las Waffen-SS, Karl-Gustav Sauberzweig, un veterano prusiano condecorado de la Primera Guerra Mundial que había sido Coronel en el Ejército alemán. Hacia finales de 1943, la división constaba de 21.065 hombres de los que aproximadamente 18.000 eran musulmanes, haciéndola la tercera más grande de las aproximadamente 40 Divisiones SS formadas durante la guerra.

La división tenía al menos nueve oficiales musulmanes bosnios, el grado más alto lo desempeñaba el SS Obersturmbannführer (Teniente Coronel) Husseini Biscevic quien había sido oficial musulmán en el ejército austro-húngaro cuando Bosnia estaba bajo la ocupación. Había aproximadamente 300 musulmanes albaneses en la división hanzar principalmente de Kosovo en el 28 Regimiento.Estos musulmanes serían transferidos en 1944 a la 21º Waffen Gebirgs división “Skanderberg” para la ocupación de Kosovo y Macedonia occidental.

En enero de 1944, durante una visita de tres días a esta división, el Muftí dio un discurso aclarando la base de la alianza entre musulmanes y alemanes:

“Esta división de bosnio musulmanes establecida con la ayuda de la Gran Alemania es un ejemplo para los demás musulmanes del mundo. No hay otra salida para ellos si quieren librarse de la opresión imperial que la de luchar duramente para preservar sus hogares y su fe. Muchos intereses comunes existen entre el mundo islámico y la Gran Alemania. El Reich está luchando contra el mismo enemigo que ha robado a los musulmanes y les ha suprimido su fe en África, Asia y Europa.

La amistad y colaboración entre estos dos pueblos se ha de consolidar. Los ingredientes necesarios aquí son intereses tanto espirituales como materiales y los mismos ideales. La relación entre musulmanes y alemanes está construida con esos cimientos. Nunca en la historia Alemania atacó un país musulmán. Alemania combate el mundo judío, el principal enemigo del Islam. Alemania también combate a Inglaterra y sus aliados, quienes han perseguido millones de musulmanes, y también pelea con los bolcheviques quienes oprimen 40 millones de musulmanes y amenazan la fe islámica en otras tierras. Cualquiera de estos argumentos sería suficiente para que colaboremos firmemente ambos pueblos… el enemigo de mi enemigo es mi amigo…”

En estos tres días inspeccionó el adiestramiento de las tropas y rezó con los soldados. Recordó después haber visto seis hermanos en el mismo batallón, un hombre de 55 años que se había alistado con su hijo. Otro voluntario de 50 años que tenía quince hijos de los que seis luchaban con las fuerzas germanas.

Adolf Hitler aprobó la formación de la segunda división bosnio-musulmana de las Waffen-SS, la 23. Waffen-Gebirgs-Division de las SS “Kama” durante Mayo de 1944, aunque las transferencias y los reclutamientos para el cuadro de personal se comenzaran sobre el 10 de Junio. El objetivo era reclutar para la división más de 19.000 soldados, pero hacia Septiembre de 1944, el número de hombres en la división todavía por formar era de 3.793 hombres.

 

musulmanes ejercito alemanss musulman

 

La división “Kama” estaría comandada por el Standartenführer (Coronel) de las SS Helmut Raithel que había mandado anteriormente el 28º Regimiento de la división “Handchar”.La división “Kama” se formó y entrenó en la región de Banska/Bachea, antes en la parte de Yugoslavia, entonces anexionada por Hungría. La región para la formación inicial de la división estaba en el área entre Sava en Bosnia y el río Speca.

Hacia verano de 1944, los Hanzar habían tomado el control del norte y del este de Bosnia donde masacraron a la minoría serbia del lugar.

El consecuente avance del ejército rojo y la marcha atrás de las fuerza alemanas en Yugoslavia obligaron a los alemanes a disolver la división “Kama” hacia Septiembre o Octubre de 1944 después de una existencia de cinco meses. La división “Kama” vio poco de combate y fue demasiado tardía  para tener un impacto significativo en el resultado.

 

 

ACCIÓN DIPLOMÁTICA de Hajj Amin al Husseini

En el curso del conflicto, resultó muy intensa la acción diplomática desarrollada en torno a la figura del Gran Muftí.

Entre 1942 y 1944, efectuó diversos viajes por Europa, llegando a las regiones habitadas por núcleos musulmanes (Bosnia, Kosovo y Albania) para constatar la fidelidad al Reich, creando relaciones de amistad y cooperación también con los jefes de los movimientos parafacistas croatas y bosnios con los que tenía en común un profundo odio hacia los judíos y las democracias occidentales. En 1942 había tomado contacto con el gobierno de Tokio a través de la Embajada japonesa en Berlín. Parece ser que el Ministerio de Guerra japonés quería contar con la colaboración del Muftí y sus seguidores para lograr la rebelión de musulmanes de la China centro occidental que debían levantarse contra Chiang Kai Shek y Mao Tse Tung y extender ese levantamiento a la aún más numerosa comunidad musulmana de Indonesia y de las islas meridionales de Filipinas.

Entre  1941 y 1943, el Muftí y los servicios secretos alemanes enviaron a Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Palestina, Siria y Transjordania un gran número de panfletos y de material propagandístico antibritánico y sobretodo antisionista. También cuando la armada del Reich debió abandonar las estepas rusas y África del Norte, retrocediendo siempre hacia las fronteras alemanas, Husseini continuó luchando, lanzando mensajes a las poblaciones mesoorientales, africanas y a las minorías árabes residentes en Asia y en los Estados Unidos, incitando al combate contra el  demonio sionista.

 

 

FOTOS DE GUERRA MUNDIAL  de Hajj Amin al Husseini

muftí jerusalén y ss alemanesmuftí jerusalén y ss alemanes. Hajj Amin al Husseinimuftí jerusalen y ss alemanashimmler con ss musulmanesmufti jerusalen con soldado alemán

 

En el otoño de 1941, Heinrich Himmler encargó al SS General Odilio Globocnik (el líder de las SS y la policía para el distrito de Lublin) de la aplicación de un plan para matar sistemáticamente a los judíos del Gobierno General. “Aktion Reinhard” fue el nombre en clave dado a la operación por Heydrich. En su totalidad, la “Solución Final” exigió el asesinato de los judíos de Europa por gaseamiento, fusilamiento, y otras medidas. Casi seis millones de judíos murieron (dos tercios de los judíos que vivían en Europa en 1939).

Durante el Holocausto, los nazis también tuvieron en su mira a otros grupos por razón de su percibida “inferioridad racial”: los romas (gitanos), los discapacitados, y algunos grupos eslavos.

Cuando acabó la guerra, el Gran Muftí negó que conociera el Holocausto y las dimensiones a las que había llegado.

Eichmann fue el encargado de la organización de la logística de transportes del Holocausto. Su  juicio se llevó a cabo en Jerusalén en 1961 después de que, violando todos los tratados internacionales, y con un gobierno argentino democrático, el 11 de mayo de 1960 un grupo de “Nokmin” (Vengadores) del Mossad lo secuestrasen en la calle donde vivía en Buenos Aires. En Jerusalén se le somete a un juicio que finalizó el 15 de diciembre de 1961y fue condenado a morir en la horca.

En el juicio se defendió arguyendo que su participación en el Holocausto se limitó a ser un simple ejecutor de órdenes superiores. Sin embargo, lo cierto es que entró en conflicto con éstos en numerosas ocasiones debido al excesivo celo que puso en la idea de la “solución del problema judío”, yendo incluso más allá de las órdenes recibidas, ya que, cuando a finales de la guerra su superior Himmler decidió acabar con los asesinatos masivos de judíos, Eichmann continuó dando las órdenes pertinentes para que se siguieran produciendo.

También negó cualquier implicación del Muftí afirmando que sólo le conocía  porque se lo presentaron durante una recepción oficial.

La filósofa alemana y judía Hannah Arendt, quien hizo un ya clásico estudio del personaje y sus obras a raíz del juicio (Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal), quedó sorprendida por las escasas dotes intelectuales del hombre que pasaba por ser el mayor asesino de Europa. Señaló además, que las acciones de Eichmann pudieron haber sido fruto de la sujeción de la cual es víctima un individuo dentro de un régimen totalitarista. Sus declaraciones resultaron polémicas, dado que para muchos esto no era más que una justificación de acciones de Eichmann. En cuanto al tema que nos ocupa, dijo que la conexión Eichmann-Husseini era infundada, como había quedado demostrado durante el juicio.

Otro israelí, Zvi El-Peleg, autor de una biografía muy completa del Muftí, admite parte de las actividades pronazis pero niega o pone en duda la colaboración en el Holocausto, aunque estuviera muy complacido con él.

Otros como Rafael Medoff o Bernard Lewis ponen en duda la declaración de Wisliceny ( un ayudante de Eichmann) o simplemente creen que los nazis no necesitaban tener un empuje foráneo adicional para acabar realizando su “solución final”.

Sin embargo otros investigadores creen que el Muftí jugó un papel activo.

A continuación transcribo un artículo titulado “Amin al-Husaini y el holocausto Qué sabía el gran muftí?” del historiador alemán Wolfgang G. Schwanitz:

“Algunos autores alemanes, como René Wildangel, afirman que aún permanece poco claro si y en qué manera se informó a Amin Al-Husaini sobre las políticas de exterminio contra los judíos.

En una reciente revisión de la biografía de Klaus Gensicke sobre el gran mufti, John Rosenthal expresa algunas dudas también: apuntado a que el hecho de que miembros del séquito del gran muftí visitaran el campo de concentración de Sachsenhausen en 1942 no es suficiente evidencia para concluir que también sabía la muerte que transpiraba los campos más allá hacia el este.

Pero, de hecho, los archivos íntegros de evidencias disponibles, incluyendo ambas fuentes alemanas y árabes, no dejan ya lugar a duda alguna. Efectivamente, las propias palabras del gran muftí son la prueba más convincente. Las memorias del gran muftí, editada por Abd al-Karim al-Umar, fueron publicadas en Damasco en 1999. En las memorias, al-Husaini abiertamente discute su cercana relación con el jefe de la SS Heinrich Himmler. Según su relato, mantenía frecuentes encuentros con Himmler para la merienda y durantes esos encuentros el líder nazi le hacía confidencias sobre los secretos de Reich alemán. De esta manera, por ejemplo, a mediados de 1943, se supone que Himmler le dijo que la investigación nuclear alemana había hecho un gran progreso: En tres años, Alemania podría tener un arma atómica que garantizara su “última victoria”. El reciente libro de Rainer Karlsch sobre “La bomba de Hitler” ha mostrado que su valoración no estaba lejos de la verdad. Himmler presuntamente confió esta información al muftí el 4 de julio de 1943. Que es la fecha de la foto de los dos hombres con un una dedicación firmada por Himmler: “A su eminencia el gran muftí – en recuerdo.”

En las memorias, el gran muftí también describe lo que Himmler le dijo ese verano de 1943 sobre la persecución de los judíos. Después de algunos vehementes discursos sobre “La culpabilidad de los judíos en la guerra,” Himmler le dijo que “hasta ahora hemos liquidado  cerca de tres millones de ellos).

Hay evidencia, además, de que el gran muftí sabía de los planes nazis aún más temprano que esa fecha. En 1946, Dieter Wisliceny, un cercano colaborador de Adolf Eichmann en la división de los “Asuntos Judíos” de la Oficina Central de Seguridad del Reich, proporcionó una declaración escrita sobre el gran muftí al tribunal de Nuremberg.

De acuerdo con Wisliceny, a principios de 1942 Eichmann hizo una presentación detallada a al-Husaini sobre la “solución a la cuestión judía europea.” La presentación tuvo lugar en la “habitación de los mapas” de Adolf Eichmann en Berlín: “donde había coleccionado gráficos y estadísticas sobre la población judía en varios países europeos.” El gran muftí, según Wisliceny, estaba “muy impresionado.” Además, se supone que al-Husaini hizo una petición a Himmler para enviar asistentes de Eichmann a Jerusalén después de que Alemania hubiera ganado la guerra. El representante de Eichmann estaba para servir como consejero personal del muftí cuando el gran muftí  empezara a “resolver la cuestión judía en Oriente Medio.”

Podemos deducir de otro documento que esto no fue sólo una vaga idea. Unos documentos desclasificados sobre los crímenes de guerra nazi de los archivos nacionales en Washington indica que como a mediados de 1942 un comando especial las unidades de la SS tenía planes de liquidar a los judíos de El Cairo siguiendo a la conquista de la ciudad por las fuerzas alemanas. El general Rommel estaba presuntamente disgustado por la proposición.

documento desclasificado

 

En sus memorias, sin embargo, el gran muftí finge asombro sobre las afirmaciones de Heinrich Himmler. Por su parte, Himmler le preguntó cómo resolvería el problema de los judíos en su país. Amin al-Husaini dice que le contestó que deberían de volver de donde habían venido. A lo que Himmler se supone entonces que respondió: “Volver a Alemania –nosotros nunca les permitiremos hacer eso.”

Pero el Gran muftí aquí está limpiando su propio papel en la historia. Después de todo, en el Berlín del 2 de noviembre de 1943, públicamente declaró que los musulmanes deberían seguir el ejemplo de los alemanes que habían encontrado “una solución definitiva a la cuestión judía.”

Otro testimonio que implica al Muftí es el del Dr. Rudolph Kastner:

Declaración jurada del Dr. Rudolph Kastner.

Rudolf Kastner
Rudolf Kastner

 

Como líder del Comité de Rescate de la Agencia Judía en Budapest, requerí a las autoridades germanas competentes que garantizaran la emigración a Palestina de un grupo de judíos húngaros.
En el curso de las negociaciones, las cuáles son objeto para mi testimonio en los juicios de Nuremberg, el alto oficial de la GESTAPO Eichmann declaró que le sería posible recomendar la emigración de un grupo de 1681 judíos húngaros, con la condición de que no fueran a Palestina.
“Pueden irse a cualquier país menos a Palestina”, me dijo Eichmann, que como líder del departamento IV.B. del Reichssicherheitshaupant, era personalmente el responsable de la deportación y exterminio de los judíos europeos. Al principio su argumento por su actitud negativa hacia la emigración a Palestina fue que no quería levantar a los árabes contra el Reich. Al final me dijo literalmente:
“Soy amigo personal del Gran Muftí. nosotros le hemos prometido que ningún judío europeo entraría en Palestina. ¿Me entiende ahora?.
Algunos días después Dieter Wisliceny, SS Hauptsturmfuehrer, un cercano colaborador de Eichmann, confidencialmente me confirmó la afirmación de su jefe, y añadió:
“En mi opinión, el Gran Muftí, que ha estado en Berlín desde 1941, jugó un papel principal en la decisión del gobierno germano para exterminar a los judíos europeos, la importancia de lo cuál no debe ser minimizada. Él ha sugerido reiterativamente a varias autoridades con las que contactó, sobre todo Hitler, Ribbentrop y Himmler, la exterminación de los judíos europeos. Consideró esto como una fácil solución al problema de la inmigración en Palestina. En sus emisiones radiofónicas de Berlín nos superó en los ataques antijudíos. El era uno de los mejores amigos de Eichmann y constantemente le incitó a acelerar las medidas de exterminación. Le oí decir que acompañado por Eichmann había visitado de incógnito las cámaras de gas de Auschwitz”

El testimonio de Rudolf Kastner, vicepresidente de la Organización sionista, podría no tener mucho valor si tuvieran razón los piensan que él negoció con Eichmann, en el momento de la deportación de los judíos en Hungría y de que estos dos hombres llegaron a un acuerdo en virtud del cual Eichmann dejaría salir “ilegalmente” a algunos miles de judíos -“de élite”- sionistas con destino a Palestina (sus trenes estaban incluso escoltados por la policía alemana); a cambio de ello, “el orden y la tranquilidad” reinarían en los campos de concentración desde donde iban siendo conducidos centenares de miles de judíos en dirección a Auschwitz. Por el contrario, privilegiados prebostes judíos y miembros de organizaciones juveniles sionistas (“el mejor elemento biológico”, según la terminología de Eichmann) partían, como colonos de lujo, hacia Palestina. Eichmann llegaría a ponderar que el doctor Kastner había sacrificado a sus correligionarios por un ideal: para conseguir el selecto derecho a tal ideal, los 1.685 judíos escogidos por la Organización sionista, útiles para la colonización de Palestina, a cambio de tal ideal colonialista, Kastner garantizó a Eichmann que 470.000 judíos saldrían hacía los campos de la muerte sin oponer resistencia alguna, pues no se les diría que iban conducidos al exterminio, les harían creer que era un simple traslado.

Otros opinan que en 1944 negocia el ofrecimiento que le han hecho oficiales de la Gestapo de salvar a personas destinadas a las cámaras de gas a cambio dinero y bienes. Kastner logra salvar a unos 1.700 de los 700.000 judíos enviados a Auschwitz; la mayor parte de los que se salvan son amigos, familiares y gente de la OSM.

En el juicio celebrado en Israel se acusa a Kastner de colaborar con los nazis. Posteriormente fue asesinado por un judío. La corte suprema de justicia de Israel lo declaró inocente de culpa y cargo post mortem.

Uno de los episodios que para muchos implica al Muftí como criminal de guerra es el hecho ocurrido en 1942 cuando oficiales de la cruz roja se ofrecieron para mediar con los nazis en el intercambio de 4000 huérfanos judíos polacos y 500 judíos adultos a cambio del retorno de alemanes afincados en Palestina a principios de siglo. Adolf Eichmann había considerado la propuesta hasta recibir la carta del Muftí en que le instaba a no hacerlo. Finalmente los niños fueron enviados a Auschwitz.

También el Muftí escribió a Rumania y a Hungría para que no enviaran judíos a Palestina y que lo hicieran a Polonia, donde estarían bajo control efectivo.

Otro episodio es la emisión aludida en el capítulo de los discursos radiofónicos en el que el Muftí hablaba de once millones de judíos cuando se sabía que su número era de aproximadamente diecisiete millones. Nadie fuera de Alemania conocía la dimensión del Holocausto. ¿fue un error de transcripción o se le escapó el dato que conocía?

Un documento que revela la complicidad, según Moshe Pearlman, y que fue utilizado como acusación a algunos de los encausados en los Juicios de Nuremberg, es el documento nº 1752-PS de fecha 15 de junio de 1944, que insta a Rosenberg por orden de Hitler a realizar un congreso antijudío, que se realizaría el 11 de julio y en el que participarían:

Reich Foreign Minister Joachim von Ribbentrop
Reich Minister of the Interior and Reichsleader of the SS Heinrich Himmler
Reich Minister Dr. Goebbels
Reich Minister and Governor Dr. Frank
Minister for National Enlightenment Mezzasoma (honorary committee)
The former Minister of State Preziosi (congress-committee and congress lecturer)

France:
Minister for Education Abel Bonnard (Honorary committee)
Secretary of State Paul Marion (congress-committee)

Hungary:
Minister for the Interior von Jarossh (honorary committee and congress lecturer)

Holland:
The leader of the NSB, Mussert (Personally invited by Reichsleader Rosenberg during the latter’s stay in Holland)

Arabia:
The Grand Mufti of Jerusalem (honorary committee and congress lecturer)

Iraq:
Prime Minister Gailani (honorary committee)

Norway:
At the present moment a representative of Reichsleader Rosenberg has arrived here, in order personally to convey an invitation to Prime Minister Quisling to attend the congress.

Es interesante el dato de que de todos los participantes mencionados el único que permaneció libre o vivo después de la guerra fuera el Muftí. El resto fueron ejecutados o condenados a muerte en absentia.
“Nuestra condición fundamental para cooperar con Alemania era mano libre para erradicar hasta el último judío de Palestina y del mundo árabe. Le pedí a Hitler un compromiso explícito de permitirnos resolver el problema judío de manera conveniente a nuestras aspiraciones nacionales y raciales y acorde con los métodos científicos innovados por Alemania en el tratamiento de los judíos. La respuesta que obtuve fue: “Los judíos son vuestros””.

 

 

Retorno de Hajj Amin al Husseini a ORIENTE PRÓXIMO

Pero el nazismo perdió la guerra, El Mufti fue capturado en abril de 1945, en una pequeña ciudad de Alemania Occidental por las tropas estadounidenses, Al Husseini fue transportado a una cárcel francesa (después de que la Corte Suprema de Yugoslavia le condenara a 3 años de prisión y 2 de privación de derechos civiles) de donde logró evadirse en 1946, refugiándose primero en El Cairo y luego en Beirut, en el Líbano.

Los tres países que consideraron juzgarle como criminal de guerra, Inglaterra, Francia y Yugoslavia, finalmente declinaron procesarle, cada uno por propias razones. Posiblemente el nuevo gobierno de Clement Attle tenía miedo de la hostilidad árabe y concretamente en Egipto y Palestina donde ya tenían suficientes problemas. Pese a que podría haber jugado un papel importante finalmente decidieron que no era un criminal de guerra en su sentido literal pues no había servido en las fuerzas armadas enemigas por sí mismo.

Francia no quería tampoco agravar su situación en Algeria, Túnez y Marruecos, donde el Muftí era un héroe.
Finalmente Tito, en Yugoslavia, si quería forjar una nación unida, lo debía de hacer integrando la población musulmana de Bosnia y pese a que intentó su extradición, finalmente no se pudo conseguir.
Pudiera ser que esta convergencia de realidades políticas de posguerra no llevaran al Muftí a Nuremberg.
Amin al-Husseini nunca fue juzgado por temor a que el hecho causara un levantamiento del mundo árabe que no podría tolerar que su héroe nacional fuera acusado por crímenes de guerra.

 

 

CONCLUSIÓN

Sin duda la figura del Gran Muftí marcó la primera parte del siglo XX en la historia de Palestina.

En realidad, Husseini es todavía reverenciado entre muchos palestinos como un héroe nacional.

El Profesor Edward Said dijo:

“Hajj Amin al-Husseini representaba el consenso nacional de los árabes palestinos, tenía el apoyo de los partidos políticos palestinos que funcionaban en Palestina y, de alguna forma, era reconocido por los gobiernos árabes como la voz del pueblo palestinos.”

 

El presidente Yasser Arafat, en una entrevista  publicada en el diario palestino Al-Quds el 2 de agosto de 2002, llama a Hajj Amin al-Husseini “nuestro héroe“, y  dijo: “… hubieron muchos intentos de librarse de Hajj Amin, a quien consideraron aliado de los nazis. Pero aún así, él vivió en el Cairo y participó en la Guerra de 1948, y yo soy uno de sus soldados”.

Estas palabras dedicadas al Muftí son la de dos de los representantes más importantes del pueblo palestino de la segunda parte del siglo XX.

Su puesto como líder de los palestinos fue tomado por su sobrino Mohammed Abdel-Raouf Arafat As Qudwa al-Hussaeini, mejor conocido como Yasser Arafat.

 

 

AUTOR DE ESTE POST

Héctor Navarro, licenciado en Geografía e Historia, experto profesional en cultura, civilización y religión islámica y especialista universitario en el perfil histórico de los contenciosos de Oriente Próximo.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Mufti of Jerusalem, hajj Amin el Husseini, a father of Jihad.  Moshe Perlman
Icon of evil,  Hitler´s mufti and the rise of radical islam.   David G. Dalin& John F. Rothman.
The nazi connection to islamic terrorismAdolf Hitler and Haj Amin al Husseini
Israel, el somni i la tragèdia.   Joan B. Culla.
Los orígenes del problema de Palestina.   José U. Martínez Carreras.
Encyclopedia of the Palestinians Mattar, Philip
The Iron Wall.  Israel and the arab world.   Avi Shlaim
Nasser and his generations.  Panayiotis J. Vatikiotis
Adolf Hitler y el Muftí de Jerusalén.    Alberto Rosselli.
Memorias de la Segunda Guerra Mundial (I).   Winston S. Churchill.
Germany’s Middle East Policy.       Wolfgang G. Schwanitz
Amin al-Husaini y el holocausto Qué sabía el gran muftí?”
Wolfgang G. Schwanitz

Bibliografía de interés

Las memorias del gran muftí       Abd al-Karimal-Umar
Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal.  Hanna Arendt.
The Grand Mufti: Haj Amin Al-Hussaini, Founder of the Palestinian National
The Mufti and the Fuehrer         Joseph Schechtman, 1965.
“The Mufti of Jerusalem, Amin el-Husseini, and His Diplomatic Activity during
            World War II       Daniel Carpi, (October 1941-July 1943).
 Palestine: A Twice-Promised Land? The British, the Arabs & Zionism, 1915-1920
The Formation of Palestinian Identity: The Critical Years, 1917-1923

Rashid Khalidi
The Jews of Islam   Lewis,  Bernard.
Semites and Anti-Semites: An Inquiry into Conflict and Prejudice.Lewis,  Bernard.
The Mufti of Jerusalem Mattar, Philip
Al-Husayni and Iraq’s quest for independence, 1939-1941  Mattar, Philip
Encyclopedia of the Holocaust  Macmillan Publishing Company New York, NY
Himmler’s Bosnian Division; The Waffen-SS Handschar Division 1943-1945 George Lepre

ENLACES

Wikipedia:   http://en.wikipedia.org/wiki/Mohammad_Amin_al-Husayni
Enciclopedia del Holocausto:    http://www.ushmm.org/wlc/es/
Enciclopedia de los palestinos:   http://www.scribd.com/doc/1136825/Encyclopedia-Of-The-Palestinians-

La Segunda Guerra Mundial:    http://www.exordio.com/

Cartas: http://www.eretzyisroel.org/~jkatz/nazis.html

Documentales:
http://www.youtube.com/watch?v=d51poygEXYU

http://www.youtube.com/watch?v=Q3pq1KIUZb4&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=EAxrg7nMcs4&feature=related 

 

 

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