La jornada de hoy la dedicaríamos a visitar el país Somba y las famosas Tatas, en el norte de Togo y Benín, los llamados castillos de África.

Estamos en el día 7 del viaje a Benín y Togo en 15 días. Anteayer visitamos etnias como los holi o los mahis de Benín, y conocimos el pueblo Fulani cerca de Parakou. Ayer visitamos la etnia Taneka en el norte de Benín.

Héctor Navarro Buil autor en Mi baúl de blogs

Y recuerda: todo es subjetivo, pero intentaremos transmitirte nuestra objetividad más honesta de viajeros. Soy Héctor Navarro Buil, viajero con más de 100 países visitados, historiador… ¡y hasta me ha dado por escribir libros 🙂 Esta es mi experiencia al visitar Alcalá de Henares.

 país Somba en África

Hacia. el poblado Takeka saliendo de Parakou

08:00 Nos despertamos temprano y desayunamos a esta hora en un local cercano al hotel.

8:48, en ruta tras un rápido desayuno en nuestro hotel de Natitingou. Hicimos una breve parada para comprar hielo y, a las 9:08, iniciamos el trayecto rumbo a nuestra primera gran experiencia del día: la visita a los Tatas Somba.

9:50, llegamos a la frontera para salir de Benín, un trámite que nos tomó hasta las 10:15.

Frontera entre Benín y Togo en el norte de ambos países

10:29, estábamos en la frontera de entrada a Togo, donde finalizamos el proceso a las 11:04.

El pueblo Somba

La aldea Somba (conocidos en Togo como Tamberma) destaca a primera vista por sus casas fortificadas de barro, de dos pisos y techo de paja, conocidas como tata somba.

Tata Somba en Benín

Estas viviendas tienen muros circulares y torretas cilíndricas rematadas con tejados cónicos, lo que les da apariencia de pequeños castillos. Nada más llegar, observamos a una familia realizando sus tareas: algunos niños nos miran con curiosidad desde la azotea de su casa, mientras un anciano nos invita a subir por una escalera tallada en un tronco para conocer el interior.

En la entrada de la vivienda cuelga el cráneo de un animal, colocado allí como protección espiritual de la familia. Esta escena inicial nos adelanta dos rasgos esenciales de los Somba: su ingeniosa arquitectura tradicional y la fuerte presencia de sus creencias animistas en la vida cotidiana.

¿Quiénes son? Origen de la etnia Somba

Los Somba, también llamados Batammariba, habitan en el noroeste de Benín (región montañosa de Atakora) y el noreste de Togo (región de Koutammakou). En realidad hablamos del mismo grupo étnico dividido por fronteras coloniales:

  • Benín se les suele llamar Otamari o Somba.
  • Togo son conocidos como Tamberma.

Se cree que sus antepasados emigraron desde el norte (posiblemente desde zonas de Burkina Faso) entre los siglos XVI y XVIII. Buscaban refugio en las montañas de Atakora para protegerse de invasores y cazadores de esclavos, especialmente de los reinos vecinos como los Bariba y los traficantes del reino de Dahomey.

Este aislamiento geográfico les permitió conservar su independencia y sus costumbres frente a influencias externas.

El nombre "Somba" significa “desnudo” en idiomas locales: era un apodo algo peyorativo que usaron tanto colonizadores europeos como tribus vecinas al encontrarlos con vestimentas mínimas.

Sin embargo, ellos mismos se autodenominan Batammariba, que significa “auténticos constructores de la tierra”. Este nombre propio refleja el orgullo que sienten por sus singulares construcciones y su profundo vínculo con el territorio.

Aunque no constituyen una población muy numerosa, los Somba representan uno de los grupos principales del norte de Benín (alrededor del 8% de la población de ese país, según algunas fuentes).

Hoy en día su número tiende a disminuir en las aldeas tradicionales, ya que muchos jóvenes migran hacia las ciudades en busca de mejores oportunidades, lo que pone en riesgo la continuidad de ciertas tradiciones.

Cultura, tradiciones y estructura social

Los Somba, pueblo asentado en las regiones montañosas del norte de Benín y noreste de Togo, viven principalmente de la agricultura y la ganadería. Cultivan cereales como el mijo y el sorgo junto a sus casas de barro, mientras que el ganado —sobretodo las vacas— representa un símbolo de estatus y es esencial en intercambios sociales, dotes y rituales colectivos. Aunque en tiempos pasados también practicaban la caza, hoy esta actividad ha quedado relegada.

A nivel social, su estructura es clánica y descentralizada. Cada familia extensa habita en un conjunto de casas fortificadas llamadas tata somba, construcciones que combinan funciones habitacionales, de almacenamiento y defensa. No tienen reyes ni jerarquías centralizadas; las decisiones importantes son tomadas por los ancianos o jefes de familia mediante el consenso. Esta autonomía histórica ha sido clave en la preservación de su identidad.

Su arquitectura tradicional, reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, destaca por sus viviendas de varios niveles con muros gruesos de barro, terrazas para secar granos y espacios dedicados a animales y actividades rituales. En algunas zonas, como en Benín, los muros exteriores se decoran con grabados geométricos que evocan antiguas escarificaciones faciales, una práctica en declive entre las nuevas generaciones.

Religión y creencias espirituales

A pesar del contacto con religiones monoteístas como el cristianismo o el islam, los Somba han conservado firmemente sus creencias tradicionales. Su espiritualidad gira en torno al animismo, donde la naturaleza y los ancestros tienen un papel sagrado.

Creen que árboles, ríos, montañas o incluso fuentes de agua están habitados por espíritus, y veneran a sus antepasados mediante altares domésticos y rituales de ofrenda.

Muchos se consideran descendientes de una legendaria Serpiente Madre, origen simbólico de su linaje. Los sacerdotes locales, conocidos como feticheros, son figuras centrales: ofician ceremonias, sacrificios y actúan como puentes entre el mundo visible y el espiritual.

Sus viviendas, llamadas tata somba, no son solo hogares, sino también espacios rituales, con elementos protectores visibles en sus entradas. En eventos colectivos como fiestas de agradecimiento a la tierra o ritos de fertilidad, toda la comunidad se reúne, refuerza vínculos y honra a los ancestros con banquetes y sacrificios.

Aunque en su territorio han surgido iglesias y mezquitas, su cosmovisión animista sigue profundamente ligada al entorno natural que los rodea.

Idioma y formas de comunicación

El idioma que cohesiona a la comunidad Somba es el ditammari, también conocido como otamari o tamberma, dependiendo del área. Esta lengua, de origen gur, es la que se usa tanto en los rituales tradicionales como en la vida diaria, y permite la transmisión oral de la sabiduría ancestral.

Aunque viven repartidos entre Togo y Benín, el uso compartido del ditammari refuerza su identidad común. Muchos también hablan francés o lenguas regionales para facilitar el comercio y la convivencia con otros grupos.

En su cultura, la cortesía y el respeto son esenciales al comunicarse, especialmente con ancianos o líderes espirituales. Detalles como inclinarse levemente al saludar o comenzar una conversación preguntando por la familia son gestos valorados.

Los visitantes que aprenden expresiones básicas en su idioma –como un simple saludo– son bien recibidos, y mostrar interés por su lengua abre muchas puertas. Aunque los guías suelen actuar como intérpretes, los Somba se muestran especialmente amables cuando sienten que se valora su lengua y cultura.

Rasgos físicos y características corporales

Uno de los aspectos culturales más distintivos de los Somba ha sido el uso de escarificaciones en la piel. Estas marcas, hechas con cortes rituales, adornaban tradicionalmente los rostros y cuerpos de hombres y mujeres, como símbolos de pertenencia, protección espiritual y madurez.

Las escarificaciones se realizaban por etapas: desde la infancia hasta la adultez, incluyendo rituales especiales para mujeres embarazadas.

Aunque esta práctica está desapareciendo, aún es visible en ancianos, sobre todo en Benín. En cambio, en Togo ha caído casi completamente en desuso por la influencia de la modernidad y la prohibición institucional.

En cuanto al atuendo, antiguamente los Somba vestían de manera muy simple debido al clima y a su estilo de vida: taparrabos de piel o faldas atadas a la cintura eran comunes, con el torso descubierto.

Hoy, lo habitual es ver ropa moderna como camisetas y telas africanas estampadas, aunque durante festividades y ceremonias aún se recurre a vestimenta tradicional, adornos y pinturas corporales. Estas manifestaciones culturales, aunque transformadas por el paso del tiempo, siguen vivas en celebraciones y en la memoria colectiva del pueblo Somba, reflejando una identidad que resiste y se adapta sin perder sus raíces.

Nuestra experiencia con los Sombas

11:10 – 12:00 Nuestra primera parada fue la visita a un auténtico Tata Somba, una de esas singulares construcciones de barro que parecen pequeñas fortalezas y que sirven de vivienda tradicional en la región.

tata Somba en Togo

Estas casas castillo, con terrazas en la parte superior y muros decorados con cenefas que recuerdan a las escarificaciones faciales de sus habitantes, reflejan la profunda conexión entre arquitectura, identidad y espiritualidad.

A pesar de la influencia del islam y la modernidad, los Somba han logrado mantener vivas muchas de sus tradiciones ancestrales, y eso se percibe desde el primer vistazo a sus tatas. En la entrada, grandes fetiches flanquean el paso, rodeados de pequeños montículos de barro que representan a los espíritus protectores de los antepasados.

Exploramos el interior de una de estas viviendas, subimos a sus terrazas y nos empapamos de su significado cultural y función defensiva.

12:20 – 12:56 Continuamos nuestro recorrido por la región de Koutammakou, en el noreste de Togo, una zona que se extiende también al norte de Benín y que ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad desde 2004. Aquí visitamos una segunda casa Tata dentro de un poblado local.

Tata Somba a vista de Drone

Aprovechamos para volar el dron y obtener una vista aérea de estas construcciones únicas. Los niños del poblado, fascinados, se acercaron curiosos y les enseñamos algunas funciones inteligentes del dron, como el vuelo en modo seguimiento o envolvente. Como suele pasar, el dron se convirtió en la herramienta perfecta para conectar con ellos.

visitar una tata somba

13:39 – 13:50 En el camino de regreso del país Somba hacia Benín hicimos una parada en el Musée Villageois, un pequeño pero interesante museo donde aprendimos más sobre la historia y costumbres de las comunidades que habitan esta región fronteriza. Subimos también a la terraza del recinto y aprovechamos para hacernos algunas fotos con tocados tradicionales.

Tata Somba desde el tejado

Regreso a Benín y nuevas visitas

14:03 Cruzamos de nuevo la frontera, dejando atrás Togo.

14:39 Realizamos el trámite de entrada a Benín, un proceso sorprendentemente ágil que no llevó más de cinco minutos.

14:47 Nos detuvimos en un restaurante local para almorzar. El plato que nos sirvieron nos recordó a un "pollo disecado", aunque cumplió su cometido y recargamos energías para lo que venía a continuación.

15:10 Reanudamos la ruta en busca de más ejemplos de arquitectura Somba.

16:32 – 17:31 Llegamos a un pequeño poblado donde, junto a la carretera, se alzaba una tata perteneciente a una familia local. Tuvimos la suerte de que el hijo del constructor nos invitara a conocer el interior. Mientras recorríamos la casa, los niños jugaban a nuestro alrededor, y compartimos con ellos risas y momentos entrañables. Al adentrarnos más en el poblado, nos encontramos con una celebración comunitaria: era una especie de agradecimiento a una familia por su ayuda en unos trabajos. Todos compartían una comida tradicional sentados en el suelo, formando pequeñas bolas de una pasta de maíz o harina para mojarlas en una espesa salsa. Aunque no se nos permitió tomar imágenes por tratarse de una ceremonia privada, nos sentimos muy afortunados de haber presenciado una escena tan íntima. Más adelante, conocimos a varios habitantes y vimos algunas artesanías locales. Un detalle que nos conmovió especialmente fue encontrarnos con unas niñas gemelas: en esta cultura, los gemelos son considerados portadores de buena suerte y bendición, por lo que ocupan un lugar muy especial dentro de la comunidad.

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Camino a Natitingou a pasar la noche

17:50 Pusimos rumbo hacia Natitingou, donde nos alojaríamos en el Hotel Tata Somba, ubicado a 19 km del último poblado visitado.

18:06 Llegamos al hotel y cerramos el día relajándonos junto a la piscina, cerveza en mano, mientras comentábamos las experiencias vividas.

20:00 – 22:00 Cenamos tranquilamente y nos preparamos para descansar después de una jornada intensa, rica en aprendizajes, encuentros y emociones. Un día inolvidable en el corazón del mundo Somba.

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Héctor Navarro


Licenciado en Geografía e Historia. Experto profesional en Cultura, Civilización y Religión Islámica, Experto Universitario en los Conflictos de Oriente Próximo. Autor de Mi Baúl de Blogs. Más de 100 países UN visitados.

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