Moldavia es un país poco explorado por los viajeros, pero guarda algunas cosas que te van a sorprender para una escapada. Dos de las más impresionantes son el Monasterio de Orheiul Vechi, excavado en la roca y rodeado de un paisaje único, y el Monasterio de Curchi, uno de los complejos religiosos ortodoxos más bellos del país.
En este recorrido de un día desde Chișinău, salimos de la capital sobre las 8:40 de la mañana rumbo a unos de los lugares más especiales de Moldavia.

Y recuerda: todo es subjetivo, pero intentaremos transmitirte nuestra objetividad más honesta de viajeros. Soy Héctor Navarro Buil, viajero con más de 100 países visitados, historiador… ¡y hasta me ha dado por escribir libros 🙂 Esta es mi experiencia al visitar este destino turístico.
Índice
Cómo llegar al Monasterio de Orheiul Vechi y Curchi
Los monasterios de Orheiul Vechi y Curchi se encuentran en el distrito de Orhei, al norte de Chișinău, y se pueden visitar fácilmente en una excursión de un día desde la capital.
Opción | Duración | Precio aprox. | Ventajas | Inconvenientes |
---|---|---|---|---|
Coche de alquiler | 1h a Orheiul Vechi + 20 min a Curchi | 30-40 €/día + gasolina | Flexibilidad total, se pueden visitar más lugares | Conducir por tu cuenta, carreteras secundarias |
Transporte público (marshrutka) | 1h 30 – 2h | 2-4 € | Muy barato | Horarios limitados, no llega directo a Curchi |
Taxi / conductor privado | 1h aprox. por trayecto | 70-100 € por excursión | Comodidad, sin preocuparse por horarios | Depende del conductor, precio más alto |
Tour organizado | Excursión de día completo | 40-60 €/persona | Incluye guía y explicaciones | Menos flexibilidad, rutas fijas |
Opciones para llegar:
- En coche de alquiler:
Desde Chișinău se tarda aproximadamente 1 hora hasta Orheiul Vechi (55 km) y unos 20 minutos más hasta Curchi. Las carreteras están en buen estado, aunque en algunos tramos son estrechas y con tráfico local. Es la opción más flexible si quieres explorar a tu aire. - En transporte público:
Desde la estación de autobuses de Chișinău salen minibuses (marshrutkas) hacia el pueblo de Trebujeni, cercano a Orheiul Vechi. Sin embargo, los horarios no siempre son frecuentes y tendrás que caminar o tomar un taxi local para llegar al complejo. Para Curchi no hay conexión directa, por lo que resulta más complicado combinar ambos lugares en el mismo día. - En taxi o conductor privado:
Es la opción más cómoda, sobre todo si se quiere visitar los dos monasterios en una jornada. El precio depende de la negociación, pero suele rondar entre 70 y 100 € por excursión. - En tour organizado:
Varias agencias en Chișinău ofrecen excursiones guiadas a Orheiul Vechi y Curchi. Incluyen transporte y guía, y suelen costar entre 40 y 60 € por persona, dependiendo del grupo.
Nuestra experiencia:
En nuestro caso, contactamos con un chófer recomendado por el dueño del apartamento en el que nos alojábamos. Nos llevó en su coche particular tanto a Orheiul Vechi y Curchi como a la región autónoma de Gagauzia, cobrando en total 170 € por ambas excursiones. Hay que tener en cuenta que este tipo de conductores no siempre conocen a fondo todos los sitios, pero la comodidad de no preocuparse por horarios ni transporte compensa bastante.
Visita del Monasterio de Orheiul Vechi
Poco antes de llegar a la zona del monasterio, hacia las 9:56, hicimos una primera parada en la entrada del parque natural, donde se encuentra el punto de control y un pequeño museo al aire libre.
Este museo recrea una antigua empalizada medieval que servía como sistema defensivo para proteger el acceso al valle. Está construida con grandes estacas de madera rematadas en punta y rodeada por fosos, tal como se hacía en la época. Dentro, se pueden ver algunos objetos históricos y paneles explicativos sobre la importancia estratégica de la zona. La visita es breve, pero interesante para ponerse en contexto.
A las 10:20 llegamos a la zona del parking, desde donde se inicia la visita a pie. Y es aquí donde empieza realmente la magia.
Información de Orheiul Vecchi

El complejo cultural-natural de Orheiul Vechi se encuentra en la comuna de Trebujeni, en el valle del río Răut. Es el sitio arqueológico más importante de Moldavia y actualmente se encuentra en proceso de nominación para la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La zona combina naturaleza y arqueología: fortalezas, baños, monasterios rupestres y vestigios de asentamientos medievales que abarcan desde el siglo XIII al XVI. Aquí pasaron la Horda de Oro, que convirtió el lugar en residencia de sus dirigentes, y más tarde fue transformado en ciudad moldava bajo el reinado de Ștefan cel Mare. Finalmente, fue abandonado en el siglo XVII.
Además de la importancia histórica, el paisaje es de gran valor geomorfológico: la profunda garganta del río Răut y sus meandros forman un escenario natural espectacular, con paredes de hasta 130 metros de altura, cuevas naturales y formaciones kársticas únicas en el país.
Un valle que parece un cráter
Nada más asomarse, la vista impresiona: todo el entorno da la sensación de estar dentro de un enorme cráter. En realidad, se trata de un valle profundo rodeado de montañas escarpadas, pero su forma circular y las paredes que lo rodean crean una atmósfera única.
Las laderas de estas montañas están salpicadas de pequeñas cuevas, prueba de la larga tradición monástica de la zona. En el fondo del valle discurre un río que serpentea formando un meandro. Y en el centro, sobre una especie de promontorio rocoso que cruza el valle, se encuentra el monasterio principal.
El monasterio viejo: historia excavada en la roca

Desde la carretera parte un camino que asciende suavemente hasta el monasterio nuevo, pero antes de llegar encontramos el monasterio viejo, uno de los lugares más fascinantes de Orheiul Vechi.
Aquí se conserva un campanario y, excavadas directamente en la roca, las antiguas celdas donde vivían los monjes eremitas. También se puede visitar una pequeña iglesia rupestre, con un retablo sencillo pero muy bonito.
Estas cuevas fueron excavadas por monjes ortodoxos en los siglos XIII y XIV, buscando aislamiento y espiritualidad. Algunas celdas están conectadas por pasadizos y se utilizaban tanto para vivir como para rezar. El ambiente oscuro y silencioso, apenas iluminado por velas, ofrece una experiencia mística que permite imaginar cómo era la vida de los eremitas que habitaron este lugar.
Al salir de la iglesia, se llega a uno de los márgenes del río, donde se pueden ver todavía más celdas monásticas talladas en la roca, refugio de aquellos monjes que buscaban la soledad absoluta.
El monasterio nuevo: la vida actual de los monjes

Siguiendo el camino, llegamos al monasterio nuevo, donde actualmente reside la comunidad religiosa. Es un monasterio ortodoxo pequeño y sencillo, con una iglesia decorada al estilo tradicional ortodoxo, llena de frescos e iconos, y las viviendas de los monjes. No es un edificio espectacular, pero completa la visita y muestra la continuidad de la vida monástica en este lugar histórico.
Justo al lado del monasterio se encuentra un pueblecito diminuto, del que apenas se distinguen los tejados entre la vegetación, y un pequeño cementerio que completa el conjunto, reforzando la sensación de que el tiempo aquí parece detenerse.
El museo final y la despedida
La visita suele terminar en el Museo de Arqueología y Antropología de Orheiul Vechi, que recorrimos sobre las 11:20 antes de poner rumbo a nuestra siguiente parada. Es un museo pequeño, con piezas locales y explicaciones sobre la historia y la evolución del valle, que sirve como buen cierre para entender mejor el lugar.
Salimos hacia Curchi a las 11:40.
Visita al Monasterio de Curchi: un remanso de paz en Moldavia
Llegamos al Monasterio de Curchi a las 12:20 y, aunque el complejo es bastante grande, es muy fácil de recorrer a pie. Nada más atravesar la puerta de la torre del campanario, accedemos a unos jardines muy cuidados que invitan a pasear tranquilamente.

Iglesia de San Nicolás
La primera parada es la Iglesia de San Nicolás, situada a la derecha del camino principal. Justo al lado están las ruinas del antiguo refectorio, lo que le da un aire histórico muy especial. En el interior de la iglesia, las pinturas bizantinas llaman la atención por sus colores intensos y sus detalles tan característicos; son realmente preciosas y transmiten una espiritualidad muy propia de la tradición ortodoxa.
Catedral de la Natividad de la Virgen María
Desde allí seguimos hacia la Catedral de la Natividad de la Virgen María, el edificio más imponente de todo el complejo. Su tamaño impresiona, y lo primero que destacan son sus grandes cúpulas negras coronadas por cruces doradas, visibles desde varios puntos del monasterio. El estilo exterior mezcla influencias clásicas con cierto aire barroco tardío, aunque a nosotros nos recordó también a la arquitectura imperial rusa.
El interior de la catedral sorprende por su combinación de estilos: además de las tradicionales pinturas bizantinas, encontramos frescos de inspiración occidental, con escenas casi renacentistas y barrocas, algo bastante inusual en una iglesia ortodoxa. Este contraste le da un carácter único y la convierte en una visita imprescindible.
El recorrido completo por el monasterio, caminando tranquilamente y deteniéndonos en sus rincones más interesantes, nos llevó aproximadamente media hora. Además de la belleza arquitectónica, lo que más nos gustó fue la tranquilidad del entorno, rodeado de naturaleza, que invita a desconectar por completo.
Un poco de historia: el monasterio fue fundado en 1773 por los hermanos Iordache y Mihail Curchi, y ha pasado por numerosas etapas, incluyendo periodos de decadencia, saqueos y reconstrucciones. Tras décadas de abandono, en 2002 comenzó un ambicioso proyecto de restauración que devolvió al complejo todo su esplendor actual.
Durante la época soviética, el monasterio fue transformado en un hospital psiquiátrico, lo que marcó un periodo de decadencia y deterioro. Sin embargo, su restauración lo ha devuelto a su estado original.
Si estás visitando Moldavia, el Monasterio de Curchi es una parada muy recomendable: combina historia, arte, arquitectura y un ambiente de paz difícil de encontrar.
Finalizada la visita nos volvemos a Chisinau y comemos en un Andy´s. Tarde descansando.
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