Habíamos hecho el genial paseo en barco por el río Li, desde Guilin a Yangshou. Nos habíamos quedado prendados de aquellos hermosos paisajes, de la calma del río, de las gentes que pueblan los alrededores, de aquellas montañas… Y ahora se nos quedaría en el corazón una pequeña aldea, el pueblo de Daxu, también en las orillas del río Li y no muy lejos de Guilin, a unos veinte kilómetros.
Para siempre quedará en mi recuerdo esa China tradicional y rural de la que me pude impregnar por esas calles, en esas casas.
Daxu – China
El pueblo de Daxu no es aquella población de antaño, famosa por su mercado, uno de los 4 puertos más importantes del río.
El tren, ese invento occidental, acabó con la hegemonía del transporte fluvial y, desde entonces, Daxu se ha ido diluyendo en el tiempo, adormeciendo, dejando que fluya la milenaria paciencia China por sus callejones.
Pero el pueblo posee todavía ferias y mercados que lo despiertan de su aletargada cotidianidad. Normalmente se celebran en la parte más moderna, cerca de la escuela y la carretera.
En cambio, si lo visitas en un día sin mercado experimentarás la tranquilidad de la aldea.
Ambas facetas son imprescindibles de ver, la pena es que la mayoría de los viajeros pasaremos unas pocas horas en Daxu. Yo pese a no haber visto su cara más comercial y alegre, me quedo sin dudarlo con la apacible y sosegada.
Pasear por sus calles empedradas, muchas sin asfaltar, de color marrón. Las vetustas casas con estructuras en madera y en las puertas sus gentes, contemplando la vida, con el tiempo fluyendo al ritmo de un reloj de arena.
Observan los pocos turistas (a veces no tanto) que deambulan por las calles.
Muchas veces te enseñan sus casas o negocios. Esas casas de decoración tradicional, cuadros de familia o del antiguo líder Mao.
Imprescindible son las partidas, los juegos de mesa de piezas curiosas o de cartas con formas sorprendentes.
Estrechos callejones que van a parar a los trece muelles que todavía se conservan de aquellos pasados tiempos gloriosos.
Otra cosa curiosa son sus farmacias con increíbles remedios entre los que se encuentran bichos de todas clases conservados dentro de líquidos.
Me encanta el pueblo de Daxu! … con sus farolillos rojos que cuelgan de los tejados y balcones…
… y sus artilugios transformados en sorprendentes vehículos. Muchos de ellos me provocaron una mezcla de sonrisa y de incredulidad por el anacronismo de su construcción.
Otros simplemente … me robaron el corazón.
Soy Hector, licenciado en Historia que cuenta historias de viajes. 99 países en la mochila. Experto Profesional en Cultura, Civilización y Religión islámica y Especialista Universitario en el Perfil Histórico de los Contenciosos en Oriente Próximo.
Conócenos
Espero poder ir allí alguna vez en mi vida